Condenso en esta entrada varias películas de ciencia ficción y que tienen a los robots y/o la inteligencia artificial como tema central. Existen muchísimos films, pero os comento los que he visto este año en Netflix.
En primer lugar, Estadio eléctrico (Anthony Russo y Joe Russo, 2025), que presenta a una joven aventurera llamada Michelle, y su robot, Skip, que tratan de viajar al oeste para llegar a la costa del Pacífico a través de una América futurista que ha sido destruida por la guerra y una extraña raza de drones monstruosos. Durante este viaje, se encuentran buques de guerra que son tan grandes que parecen montañas de metal, además de humanos adictos a la realidad virtual conectados a aparatos cerebrales. Ambientada en un universo alternativo de los años 90, la historia mezcla la nostalgia con la ciencia ficción, pero lanza una reflexión interesante: «somos carne y hueso, pero también electricidad y cuando nos abrazamos, algunas partículas del otro se quedan en nosotros». Me quedo con esta frase de la película, aunque las cifras de audiencias no hayan sido lo suficientemente altas.
Por otro lado, comento la película I am mother, dirigida por Grant Sputore en 2019, en la que una adolescente (Clara Rugaard) es criada en un búnker subterráneo por una madre robot diseñada para repoblar la tierra después de un evento de extinción masiva. La inexplicable llegada de una mujer (Swank) amenaza este vínculo, cuestionando todo lo que se le dijo a la niña sobre el mundo exterior. Comienza a explorar el origen del robot y descubre la verdad de la gran misión de su madre. Con una figura lo bastante humana y una cariñosa voz femenina, está programada para leer y responder perfectamente a los estados emocionales de la niña. Pero, por desgracia, el robot no puede sentir emociones, está diseñado para servir a un propósito más elevado.
Realmente, Madre fue quien decidió exterminar a los humanos y volver a criarlos desde cero, encargándose de educarlos para que tuvieran los valores correctos y fueran la mejor versión posible de ellos mismos. Hija sería la primera de esa nueva Humanidad, después de que Madre hubiera matado a los candidatos previos. Me ha gustado mucho la iluminación de interior y exterior y la interpretación de la niña. El final me ha resultado insípido, algún detalle más habría sido esclarecedor para la trama, aunque el último diálogo entre el robot y la humana encarnada por Swank tiene algunos matices interesantes. Esto abre un debate, porque los robots y la Inteligencia Artificial se programan para hacernos de comer (Thermomix) limpiarnos la casa (Conga), nos ponen música (Alexa), etc., pero ¿Puede un robot sustituir a una madre? Está claro que en ciencia ficción y en un universo distópico, sí.
Además, también me ha parecido interesante Chappie, dirigida por Neill Blomkamp en 2015 y que plantea una narrativa que se produce en un futuro próximo. Presenta un intento de frenar la alta delincuencia, para lo cual la policía se hace con unos robots inteligentes blindados que patrullan las calles luchando contra bandas criminales. Uno de esos robots es robado y reprogramado para ayudar a un grupo de delincuentes, pero además es capaz de sentir y pensar por sí mismo. Valiéndose de su conciencia, su creador lo enseña a desarrollar la capacidad creativa y hacer el bien ante todo. Sin embargo, otro trabajador de su empresa provoca el caos en la ciudad con el propósito de que la jefa diese el visto bueno a sacar a la calle su gigantesco competidor, que no por ser más grande y potente es capaz de superar a Chappie. Su comportamiento genera bastante ternura y empatía, sobre todo porque es capaz de sentir miedo, dolor y en varias situaciones cuestiona por qué los seres humanos mienten y se hacen daño. Los planos subjetivos me han parecido muy interesantes, la recomiendo aunque sea de hace unos años.
En definitiva, la Inteligencia Artificial ya está en todas partes, de hecho al escribir este post, en la franja derecha aparece un nuevo bloque denominado «Mejorar con IA», pero no me interesa, porque no es una máquina quien ve las películas, quien observa detalles y quien pone en práctica la capacidad de reflexión, soy yo, y realmente no me interesa esa función.