Hola amig@s en esta entrada hago una recopilación de algunos cortometrajes que tienen como objeto principal la violencia contra las mujeres en distintos contextos. La violencia contra las mujeres continúa siendo una lacra social que hay que erradicar desde el fondo: el problema no gira en torno a la ropa que vestimos, cómo nos comportamos ni a qué horas salimos. El principal problema es que ello revela que esta sociedad juzga a la víctima no a la persona que ejerce la violencia, porque se cree con derechos sobre la figura femenina. Y no, amigos, los hombres no tenéis derecho a utilizar el cuerpo de una mujer como si fuera una cerveza, un trapo sucio o cualquier objeto de consumo. Una mujer no está a vuestra merced ni a vuestro servicio: una mujer tiene sentimientos, tiene capacidades… Una mujer es un ser humano igual que el hombre, que merece el mismo respeto y las mismas oportunidades en la vida. Cualquier ser que se cree con poder para utilizar a una mujer, no es un hombre, es un animal, un monstruo, un bestia. Deberían pensar en aquellas personas que son capaces de dar la vida: las mujeres. Por tanto, a quien le ronde la cabeza utilizar a una mujer para violarla, matarla, abusarla…debería pensar que hoy lo puedes hacer tú, pero mañana te lo pueden hacer a ti, a través de las figuras de tu madre, tu hermana o tu hija.
Y a aquellos profesionales del derecho que defienden a aquellos hombres que claramente se sabe que han violado, asesinado… decirles que evidentemente todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario, pero no juzguen a las mujeres por su forma de vestir o sus actuaciones tras sufrir violaciones o abusos. Pónganse en algún momento en el lugar de sus esposas, sus hermanas o sus hijas ¿las juzgaríais de esa forma?
Leyes y emociones no van de la mano, pero señores, nos están matando no nos llamen «exageradas». Hoy le ha pasado a ella: Laura, Diana, Marta… mañana me puede pasar a mí, te puede pasar a ti: ¿Por qué tengo que sentir miedo al salir del trabajo a las 9 de la noche? ¿o al salir a correr? ¿Por qué tienen que decirme cómo o dónde tengo que hacer las cosas? ¿Por qué tengo yo que tener la culpa de que me pongan la mano encima? ¿Por qué no tienen miedo los violadores y los asesinos y tengo que tenerlo yo? ¿Por qué no eres un hombre de verdad y respetas a una mujer como lo haces con tu madre o con tu hermana? ¿Por qué no asimilas que tienes un problema y buscas ayuda psicológica?
¿Por qué no reflexionas con estos cortometrajes? Independientemente que sean más o menos creíbles, quédate con la idea principal: a la mujer no se la toca, su cuerpo no es un objeto de violación, ni de violencia, no es plástico, NO ES NO. Si estás frustrado, busca ayuda o compra una muñeca hinchable, que oye también es degradante, pero al menos no haces daño de forma gratuita.
Por muy corta que sea su falda, una mujer no se toca.
Por muy grande que sea su escote, una mujer no se toca.
Si quieres que una mujer esté bonita, igual si dejas las manos quietas cuando la ves por la calle: lo estarás tú también.
La presente entrada realiza un pequeño análisis fílmico del cortometraje titulado “Douglas: guardián de Escocia” un cortometraje realizado entre las localidades de Teba (Málaga) y Loja (Granada). Es dirigido por Sergio Boj y fue proyectado este fin de semana en el municipio tebeño.
En principio hago una breve sinopsis del mencionado cortometraje: nos encontramos en el año 1330 y el rey de Escocia, Roberto I Bruce, ha encomendado a sus hombres de confianza una última misión, que no es otra que llevar su corazón embalsamado a Tierra Santa: Jerusalén. El elegido es James Douglas, uno de sus principales guerreros, quien se ganó su confianza con sus muchas victorias. En su trayecto, Douglas es informado sobre la guerra que el rey Alfonso XI lleva a cabo contra los musulmanes en España, y decide ayudarle. A pesar del parentesco entre el monarca español y el enemigo de los escoceses, el rey Eduardo de Inglaterra. Se conjugan aquí la traición, el sacrificio, la lealtad, el amor y la amistad. Por tanto, James Douglas se erige como un personaje clave en la historia de Escocia: como protagonista de este cortometraje ambientado en la Baja Edad Media.
Y adentrándonos en este particular estudio, es bien sabido que para llevar a cabo un análisis fílmico son necesarias bastantes visualizaciones de la producción y supone una actividad interminable, por la multitud de matices que se pueden tener en cuenta para su estudio. No obstante, el mini-análisis de este film supone un reto personal, ya que fueron unas notas mentales que obtuve simplemente con el visionado del mismo en una sola ocasión, allí mismo. Ante el bullicio de personas durante su proyección pública en un espacio exterior.
Voy a utilizar algunos de los parámetros de análisis que utilicé en el estudio empírico de los filmes de mi tesis doctoral, como son los aspectos morfológicos y sintácticos.
Entre los aspectos morfológicos destaco los códigos visuales: en principio encontramos que en la localización del Castillo de la Estrella (Teba) tiene un fuerte peso el material de la piedra, lo que puede ser relacionado tanto con la frialdad del individuo que ahí habita (Alfonso XI, encarnado por Adrián Vereda) a la hora de dirigirse a sus súbditos como con el contexto del conflicto bélico. Como códigos textuales, se aprecia que el texto explicativo del hecho histórico presentado hacia el final del cortometraje se sucede de forma rápida y realmente no me da tiempo a leerlo por completo. Continuando con los códigos sonoros, como opinión personal decir que me gustó bastante este aspecto, especialmente en la escena presentada en la segunda mitad del film: me refiero a la escena en la cual un individuo toca la gaita junto al monolito dedicado a Sir James Douglas, ubicado en la Plaza de España del municipio tebeño. Y en el cual se inscribe un texto que narra la hazaña principal de este personaje escocés de nuestra historia. Igualmente de los códigos sonoros también se puede destacar que se da mayor protagonismo a los diálogos de los personajes que a la acción de los mismos. Lo que ofrece cierta información de su interior y conlleva un gran trabajo de preparación del guion por parte de los actores. Aparte de ello, decir que lo que destaca en los conflictos bélicos es la unión de los personajes que intervienen en los mismos y ello se pone de relevancia a través de la expresión: “siempre unidos”, que reiteran varios personajes en numerosas ocasiones.
Por otro lado, sigo con los aspectos sintácticos: la movilidad: observo que se conjuga la estaticidad con tomas realizadas con cámara en mano, pues la inestabilidad en el pulso se hace evidente en varias ocasiones. Y ambos se yuxtaponen tanto en los planos más cerrados como en los planos más abiertos. Planos cerrados que, tradicionalmente, vienen siendo conocidos porque nos introducen en los sentimientos y las emociones de los personajes. Insistiendo en la movilidad de la cámara, observo también leves movimientos en forma de travelling hacia arriba y otros laterales. A través de los cuales se describen los espacios exteriores, donde los individuos mantienen una serie de trifulcas y posteriormente yacen en masa, rodeados de sangre, en el suelo del espacio campal. En cuanto a la planificación, se intercalan planos cortos y planos largos a través de un montaje por corte en la misma escena. Algunos de estos planos presentan a los personajes en una situación plana (el individuo y la pared tras de sí) y otros planos muestran una descripción del lugar en el cual se sitúa. Es decir que se trata de planos más abiertos que muestran la profundidad de un espacio. Aquí me refiero, por ejemplo, a la escena presentada en el espacio del comedor del castillo, donde se localiza una mesa larga alrededor de la cual dos personajes se sientan, separados por el tamaño de la misma. Lo que denota cierta frialdad o desapego en su relación. Aparte de ello, como forma de hilvanar el relato, observo que la unión de las secuencias se lleva a cabo a través de un montaje en el que predominan los fundidos encadenados. En este sentido, se presentan también una serie de acciones en forma de flashes, pero no queda lo suficientemente claro si se trata de flash back (pasado) o si forman parte de una acción paralela (montaje en paralelo).
En general, y ya como juicio de valor, destaco las interpretaciones de los actores, la elaboración de los planos, construyéndose con especial cuidado, pues ocultan multitud de detalles, con estilo similar al de Eduardo Chapero Jackson en su cortometraje titulado “Contracuerpo”. El trabajo de vestuario, atrezzo y ambientación son interesantes. Aunque, desde el punto de vista de la producción, no llega al nivel de Braveheart (Mel Gibson), el conjunto del equipo hace un esfuerzo por acercarse a ella. Además de a la cultura y a la historia que une a la localidad tebeña con Escocia, a través de su visión histórica.
No olvidemos que el pasado y el presente se conjugan en esta construcción cinematográfica: pueden haber tenido un libro de historia delante, pero lo cierto es que se transforma un hecho histórico y se extrae de su contexto de partida: siglo XIV, para aportar algún valor, tema o matiz actual. Como es el individuo que toca la gaita ante el monolito ubicado en la Plaza de España y tras de sí el nombre de un negocio de hostelería se puede leer perfectamente.
Esta transformación sucede no solo en este film, sino en todas las producciones cinematográficas que recrean un contexto pasado, pues presentan una visión subjetiva. Por más veraz y auténtica que nos parezca la recreación de un hecho histórico, la historia es la historia y el cine es el cine, no es la historia. Aunque se utilice el medio fílmico para la recreación de hechos acaecidos en nuestra historia. Aclarar que un guionista es un individuo ubicado en un espacio y tiempo concretos, que de una forma u otra, tal vez inconscientemente, sus particularidades personales le pueden influir en la construcción de los personajes de su película.
Sobre las relaciones entre el cine y la historia se pueden leer las aportaciones de autores como Pierre Sorlin (1991), profesor en las universidades de Oxford y Nueva York y Josep María Caparrós Lera (2013) profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Sin más, volveré a ver este cortometraje en otra ocasión para tomar nota de otros aspectos de interés en su realización, porque se trata de un film interesante. Seguramente si nuestro país apoyase más al cine español, esta obra se podría transformar en un largometraje relevante, porque los actores muestran un gran talento en la interpretación. Os invito a verlo, aunque todavía no sé dónde se puede obtener. Si tengo mayor información os lo indicaré por aquí.
Finalmente adjunto el enlace del teaser de este cortometraje:
Y el enlace a la página web donde pueden obtener mayor información de los personajes y otras cuestiones relevantes:
Investigando un poco por youtube he encontrado un cortometraje titulado «El amor es todo lo que necesitas», para reflexionar sobre aquello que la sociedad y sectores conservadores tienen asumido como «normal» en las relaciones de pareja. «Normal» porque es lo tradicional, la costumbre, pero no quiere decir que otras preferencias sexuales no sean válidas o merezcan ser insultadas/vejadas por la sociedad.
En este caso, sucede al contrario, es decir, nos muestra una sociedad que cree «normal» la homosexualidad: las chicas deban estar con las chicas y los chicos con los chicos, infundándoles la idea de ser pecado o arder en el infierno si el amor surge de parejas entre distintos sexo. Mientras que una niña, a su corta edad, no lo siente así, y por ello, se la discrimina, se la humilla, se le desea la muerte, se la encasilla como la «marimacha» o la «hetero», de forma despectiva. Viéndose sometida al acoso escolar, pero ya no por parte de los compañeros, sino de los propios maestros, la familia, que cree como solución un traslado, negándose a que su hija sea la diferente, como los nuevos vecinos, cuya calle pretenden evitar por considerarlo un insulto.
Sin más, adjunto el vídeo del que se puede reflexionar ¿cómo nos sentiríamos, si lo que tenemos asimilado como «normal» fuera al revés ylos heterosexuales fueran los «raros»?
«A contracuerpo» es un cortometraje español escrito y dirigido por Eduardo Chapero-Jackson. Protagonizado por Macarena Gómez. Este cortometraje forma parte de una trilogía llamada «A contraluz», en la que también forma parte otros cortometrajes: «Alumbramiento» y «The end», enfocados desde otra temática, y que, igual que este, merece la pena verlos ya que son muy interesantes, tanto desde el punto de vista argumental como desde el punto de vista del análisis audiovisual.
En este cortometraje vemos perfectamente reflejado el tema de la anorexia. Problema que en los últimos años afecta tanto a mujeres como hombres, obsesionados por convertirse en el prototipo físico que la sociedad en general y los medios de comunicación nos “imponen” para formar parte del “canon de belleza”.
El argumento no nos muestra más que una chica obsesionada con caber en un maniquí. Un maniquí con las medidas exactas que debe conseguir: 90-60-90. Medidas a las que ella se propone llegar para ser lo que los demás le han impuesto desde niña. Medidas, que queramos o no, hay que seguir para pertenecer el canon del belleza social. Belleza que aunque se puede tener, pero si además se tiene algún defecto físico, se repudia, se menosprecia y se termina desechando como si fuera una piltrafa.
A lo largo de la obra no oímos palabra. Como se suele decir “una imagen vale más que mil palabras”. No nos hace falta la voz para reflejar mejor el mensaje que nos quiere transmitir el director. Las palabras sobrarían en esta historia. Las imágenes nos conmueven, las lágrimas sabemos por qué se producen. Al ver ese cuerpo, endeble, con todas las costillas marcadas, casi muerta en vida, sin fuerzas, su estado de soledad, sin nadie que esté con ella apoyándola. Podemos percibir perfectamente que está sufriendo y entramos igualmente en ese estado de malestar tal que se nos cae el mundo encima.
El cortometraje muestra sobre todo primeros planos de la protagonista. Primeros planos que nos introducen en su mundo, nos meten en su mente, su vida, sus sentimientos, sus emociones. Y así, que el espectador sienta lo que está sintiendo ella en ese momento de su vida, además de lo que sintió cuando fue niña, como bien vemos en la serie de fotografías que se suceden. A esto, acompaña que la sucesión de las imágenes se produce de forma muy lenta y pausada, planos cortos y cerrados con cámara fija en ocasiones, para que el espectador se pueda parar y entrar en su vida. El espectador va entrando en un estado de suspense, nerviosismo por saber cómo terminará la historia, qué le pasará a la protagonista.
En muchos momentos del corto vemos un tono azulado. Un tono azulado, que como color frío, nos muestra esa frialdad de la sociedad que la ha humillado tanto. Esa sociedad que se deja llevar por el canon de belleza que le ha querido imponer toda su vida. Esa sociedad sin sentimientos que la ha hecho llorar. Esa sociedad hipócrita que un día te quiere por cómo eres y otro día te tira a la basura.
Es muy significante la imagen del rostro de la protagonista: de sufrimiento, dolor, sentimiento de culpabilidad… que a diferencia del rostro de los demás personajes, como bien las mujeres de la tienda, que presentan un rostro frío, indiferente, un rostro que al final interpretamos como “este maniquí ya no lo queremos porque tiene una tara, que nos traigan otro”.
Así es la sociedad, hoy nos valora si somos como imponen, mañana nos desprecian, si no somos como desean. Y esto seguirá así, si los medios de comunicación en general no dejan de discriminar a quienes tienen un defecto. Sin la correcta lectura de los medios de comunicación y la alfabetización mediática desde el colegio, los menores llegarán a ser mayores siendo los mismos que han estado siendo hasta ahora: imponiendo su canon de belleza en la sociedad y haciendo que quienes no sean como ellos, sigan padeciendo ese trauma psicológico, que en muchas ocasiones les llevará a la muerte natural o psicológica.