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Tras el cristal (Agustí Villaronga, 1987).

A continuación voy a comentar una película no apta para quien tenga gran sensibilidad a las imágenes violentas, como es mi caso, pero me enfrenté a ella, porque es de la trayectoria de un director que estudio para mi tesis, Agustí Villaronga, caracterizado por introducir a menores en contextos traumáticos y violentos.

La película que nos ocupa se titula Tras el cristal, del año 1987 y trata sobre las crueldades cometidas por un médico en los campos de concentración nazis durante el Holocausto. Tras pasar todo, se lanza al vacío, quizás por arrepentimiento o redimir su perdón de esa manera, y queda tetrapléjico, debiendo permanecer encadenado a vivir tras el cristal de un pulmón artificial, del que no se puede mover, dejando al aire solo su cabeza.

Un dia, un chico entra en la casa familiar, marcada por la oscuridad, las cortinas echadas, las sombras, con el argumento de cuidarlo, expresando que es enfermero. Pero, someterá al médico a todo tipo de humillaciones y vejaciones, similares a las que él padeció. El hombre se da cuenta que se trata de uno de los niños de los que abusó durante el Holocausto nazi, en aquellos campos de la muerte, en los que, además, experimentaba con ellos.

El rostro del chaval permanece frío e impasible al asesinar a la esposa y mover su cadáver, haciendo creer a la hija, que su madre se ha marchado. Expresándole, también, que no va a necesitar más a su padre, a lo que la niña se resiste, por lo que intuímos que es capaz de hacer algo más escabroso con él

Aquellos abusos han provocado la monstruosidad de su rostro, de su forma de actuar. Rostro insensible que presenta, también, cuando mira a los ojos al señor, colocándose encima de él y ejecutando las mismas acciones que el minusválido cometió con él a su corta edad. Pero este gesto de mirarlo fijamente a los ojos, supone un enfrentamiento, quizás, intentando manifestar que ahora es él quien tiene el poder, repitiendo todas aquellas vejaciones que padeció en su infancia, que quedaron grabadas en su mente, marcándolo de por vida. Esperando el día de su mayoría de edad, para perpetrar su venganza y provocarle todo tipo de sufrimientos, sin piedad. Le muestra esa autoridad, esa superioridad, ese control que un día sintió por su parte, a pesar de tener ahora menos edad que él, ahora es él quien domina. Su rostro es enfatizado mediante planos cortos con angulación en contrapicado, para remarcar esa superioridad en la que se encuentra frente al médico. Ambos frente a frente, pero el muchacho abusa ahora del poder de mantenerse sobre un cuerpo, caminar, actuar por sí mismo, a diferencia del médico, postrado en esa cama, a merced de lo que quieran o puedan hacer con él. Valiéndose solo de su mirada, lo que sus ojos observan alrededor de esa habitación, de la que no puede salir.

Hacia la parte final, la historia se mezcla con recursos oníricos de la ficción, quizás un recuerdo, un flash back… Pero, lo más cruel e infame tiene que ver con unas imágenes, un momento en el que apreciamos que el médico pregunta al niño si quiere ganarse unas monedas, a lo que el pequeño responde afirmativamente, puede que por necesidad o miedo a cuestionar la autoridad. Tras lo que el adulto, le coge la cabeza y la coloca en la parte inferior de su cuerpo. Escena que, me he sentido incapaz de ver por completo, porque me ha tocado demasiado la fibra sensible y una serie de lágrimas me han comenzado a salir de los ojos, dicho sea de paso. Es una de esas escenas en las que una persona se pregunta cómo el ser humano puede llegar a ser tan ruín, despreciable, perverso… Una historia de ficción, sí, pero que vemos a menudo en casos de pedofilia, pederastia, tráfico de menores… o el nombre que se le quiera poner, la cuestión es que el abuso infantil sea del tipo que sea, es un acto en el que todos los calificativos se quedan escasos, por la envergadura y el trauma psicológico que ocasiona. Un individuo que comete tales acciones no puede denominarse ser humano, incluso, ni animal, porque hasta uno de ellos, como puede ser un perro, puede llegar a tener sentimientos hacia el ser humano.

Finalmente, observamos que un niño se sitúa en esa cama, postrado. Tal vez, intentando manifestar que aquellos abusos han provocado que se siga sintiendo un niño, un individuo incapaz de actuar por sí mismo, necesitando la ayuda de otros para su día a día. Escena que se entremezcla y se aleja dentro de una bola de cristal. Quizás, los abusos que ha cometido con el señor hayan sido solo un deseo de perpetrar su venganza desde esa parálisis en la que se encunetra. O tal vez, haya sucedido todo en esa casa y lo haya tomado como una guerra interior, una lucha consigo mismo, por haber consentido aquellos abusos y no haberse podido defender, por miedo a la autoridad y al mundo adulto, y haya querido torturar tanto al nombre como a sí mismo. En definitiva, tanto los abusos que cometieron con él y que él ahora ha repetido no le han servido para nada más que para hacerle sentir superior, pero realmente, ha podido quedar minusválido, sin movilidad, tanto física, sin poder actuar en primera persona por sentirse incapaz, a mercer de lo que hagan con él. Además de emocional, sintiéndose incapaz de poder pensar y sentir emociones, como lo haría una persona normal, que no haya sufrido ningún tipo de violencia ni abuso durante su infancia, un período que, como aquí apreciamos, marca para toda la vida.

Sin más, os adjunto el tráiler de la película, que se encuentra entera en Youtube, para los sensibles, la película entera va a suponer un mal trago.

 

Belle de jour, Buñuel

Película francesa dirigida por Luis Buñuel, basada en la novela con el mismo nombre de Joseph Kessel.
Buñuel, escéptico acerca de las posibilidades cinematográficas de esta novela, aceptó llevarla a la gran pantalla con la condición de que se le dejara total libertad para realizar la adaptación. Ganó un León de Oro en el Festival de Venecia.
Adjunto un enlace de un extracto de la película:

La protagonista está casada con un médico a quien ama, pero con el cual no se encuentra capaz de mantener relaciones sexuales. Lo que resulta interesante son los flashes, rupturas en el tiempo y en la historia, en los que se agrede a la chica, que en un principio viste vestido rojo, como símbolo de la sangre que irá derramando en cada una de las rupturas en el tiempo, además del rojo que recuerda a la pasión femenina, la pasión que la hace acudir, a lo largo de la historia, a la casa de citas, en las que irá teniendo relaciones sexuales con distintos hombres. Aunque en un principio, se resistirá, por el miedo, la vergüenza, el pudor, y en definitiva la pureza femenina, la inocencia, simbolizada a la vez con el vestido blanco que lleva en una de las rupturas, cuando está atada al árbol y su marido, junto a otros hombres, la violentan.
Estas rupturas no sabemos si pueden tratarse de sueños, flashes foward que se basan en el relato cronológico que vamos viendo, para explicar el por qué de los azotes, los insultos…, o podría tratarse de su imaginación, es decir, de que su interior no se perdone lo que ha estado haciendo, y ella misma se culpabilice y muestre los deseos de lo que se merece, basándose en su educación puritana y moral, en la que primaba el orden social y la religión, que supone un obstáculo para dar rienda suelta a su imaginario erótico
Esta obsesionada con ser poseída, dominada, deseada, lo que le produce desorden emocional, y esa ansia le afecta a su propia voluntad, que la guía en su búsqueda de ese juego, y mantener esa doble vida. Esta forma de llevar su sexualidad se debe a un truma infantil. En el que vemos, durante uno de sus recuerdos, que un señor mayor se le acerca y la toca, instante después es llamada por la que creemos que es su madre.
Buñuel pretende recrear un sentimiento de subversión. Teniendo en cuenta los siguientes binomios:
· La «impersonalidad» de los clientes del burdel frente al arquetipo (hombre pasivo, respetuoso, tolerante) que representa el marido de Severine.
· La prostitución como liberación de su vida burguesa.
Contrastes que marcan la evolución del personaje de Severine.
Como bien sabemos, el estilo de Buñuel es surrealista, algo incomprensible para algunos en aquellos años. Sin embargo, este estilo de evolución del personaje, también es tratado en road movies, un género que no solo trata «de carreteras» como Thelma y Louise (Ridley Scott, 1991), sino que trabaja viajes interiores, como en este caso.
Entre otras simbologías y binomios que podemos ver en esta película, nos encontramos con:
-El blanco, representando la pureza; el rojo, la pasión y la sexualidad; el negro, la discreción.
-La inocencia con la que trata a su marido, y viceversa; la dominación con la que le gusta ser tratada por los hombres del burdel.
Finalmente, mentiras y verdades, se entrelazan a lo largo del relato, haciéndonos reflexionar sobre lo que provoca cada una de ellas, tanto para sí misma como para su esposo. Se podría hablar de otros muchos temas que se mencionan en la película, como el instinto animal de la sexualidad, necrofilia, abuso infantil, educación y moral religiosa que cohiben para el desarrollo de la sexualidad.

Referencias bibliográficas:
POYATO, P. Introducción a la teoría y análisis de la imagen fo-cinema-tográfica. Granada, Grupo Editorial Universitario, 2006.
Pedro Poyato y Agustín Gómez (Eds.) (2013).Campo y contracampo en el documental rural en España. Reseña de Carmen Rodríguez Fuentes En Fotocinema, nº 7, 2013.
http://es.wikipedia.org/wiki/Belle_de_jour

Balada triste de trompeta: una infancia perdida

Balada triste de trompeta es una película escrita y dirigida por Álex de la Iglesia en el año 2010. Obtuvo el León de Plata por la mejor dirección y el premio al mejor guión en la Mostra de Venecia del mismo año.  Ganó en la categoría de Mejor maquillaje y peluquería, así como Mejores efectos especiales en los Premios Goya.

Se trata de una película difícilmente clasificable en un género concreto, puesto que está compuesta por muchos matices. Tiene momentos de risa, drama, violencia, montaje agresivo… Aunque bien podríamos decir que, a simple vista,  estos peculiares rasgos y características fundamentan el estilo de su director, clasificable en el estilo de la postmodernidad.  Resulta indescriptible lo que supone ver una de sus películas,  porque muchos de sus momentos apelan a nuestra mente, nuestra infancia, nuestra vida, nuestra historia… Además, se tiende a reflexionar cómo actúan sus personajes y cómo podría actuar una persona en esas circunstancias. La grandeza de sus personajes radica en su psicología.  No son personajes planos, como en la mayor parte del cine comercial americano, sino que, sus personalidades evolucionan en la ficción, como los seres humanos lo hacen en la propia vida real.

Pasaremos a analizar algunos detalles importantes de esta producción, pero en líneas generales, la película trata de unos payasos que son secuestrados por el bando republicano durante la guerra civil en el año 1937. El hijo de uno de ellos crecerá con la idea de ser payaso triste como su padre.  Javier, al hacerse mayor, tras ser contratado en un circo, se enamora de una de las chicas, cuyo novio la maltrata.  Ambos payasos lucharán por el amor de la trapecista.

En principio, el bando republicano entra en el circo a imponer el miedo. Tras unas palabras de los payasos con ellos, los rostros de los niños asustados, todos salen con el bando, y el hijo del payaso se queda solo.  A continuación, un león, que vemos está totalmente domesticado, se le acerca por detrás y se sienta.  Se puede interpretar como una muestra de que la guerra hizo daño a todo el país, independientemente del bando al que perteneciera. Los que padecerían este daño serían los niños.

Cada bando actuaba conforme a sus intereses, ignorando a quienes se llevaran por delante. En el caso de nuestro objeto de estudio: los niños. Menores que no tenían culpa de nada y con estas actuaciones eran traumatizados al tener que ver personas fallecidas por cualquier rincón por donde pasaban. Debían crecer en solitario o con solo un progenitor. Pero, años después irían reproduciendo lo que aprendieron en estos años de guerra y la posterior dictadura en nuestro país.

Los créditos del principio salen en pantalla tras el momento en que el niño se queda solo en el circo. La banda sonora que aquí oímos, mientras leemos los créditos, remite  a la Semana Santa, la Iglesia católica, aunque observamos otras figuras como payasos, dioses, republicanos secuestrados por el bando franquista, personajes con el rostro desfigurado… Lo importante aquí es que esta misma banda sonora la oímos hacia la segunda parte, cuando se vuele a apelar a la Iglesia católica y que comentaremos más adelante.

Cuando el chico es adolescente y visita a su padre en la cárcel, éste lo anima a ser payaso cuando sea mayor. Pero mejor payaso triste, porque le expresa con estas palabras: “nunca vas a tener gracia. Nunca has sido un niño, desde muy pequeño te has enfrentado con la muerte”. Es en este momento, donde nos podemos dar cuenta que ha perdido su infancia, con lo que conlleva: juegos, amigos, alegría, ilusiones… La enseñanza de su padre se centra en que debe vengarse, por lo que el niño lo asume y procederá a ello en varios momentos de su vida. Comenzando por atentar en el Valle de los caídos, cuando su padre y otros compañeros lo están construyendo. Todos se asustan y el coronel se pondrá encima de su padre con el caballo, para así matarlo.

Años más tarde, acudirá a un circo a buscar trabajo y mantiene la primera conversación con el jefe del circo, también payaso. Le explica que  a los niños hay que entenderlos, ser uno de ellos, tenerles paciencia. Con estas palabras, podemos intuir que también podría haber perdido su infancia. Le pregunta por qué quiere ser payaso. Javier le contesta con la misma pregunta, y el otro responde que de no haber sido payaso habría sido asesino, respondiendo Javier lo mismo.

Sergio, es un personaje con una doble actitud, porque por un lado proclama ser sensible con los niños. Pero, por otro lado, maltrata a su novia, impone la violencia, todos los compañeros del circo le ríen las gracias y los chistes. Nadie le para los pies para que no siga violentando más a su novia.

En la primera cena de todos los compañeros, Sergio cuenta un chiste de niños muertos, pero Javier no lo entiende y pregunta dónde estaba la madre, por lo que el otro se cabrea y da una paliza a Natalia, que solo intenta calmar sus nervios.  Se queda tirada y sola en el bar y Javier acude por ella, pero por un momento podemos observar que Natalia pasa su lengua por los labios, llenos de sangre. Momento que podemos interpretar como que le gusta que le pegue, no es consciente del daño y le gusta vivir entre golpes y sangre.  Sergio vuelve por ella y allí mismo mantienen relaciones, sobre una pared tras la cual permanece Javier escondido.

Javier y Natalia se hacen amigos y van a un parque de atracciones. Ésta intenta acercársele  en la cama del terror,  pero el joven la rechaza. En una de sus fugaces citas, Sergio los encuentra y le pega una paliza a Javier con un martillo de una de las atracciones. Debiendo ingresar éste en el hospital con varias costillas rotas. Una de las noches mientras está ingresado,  tiene una pesadilla, sale por un escondite del hospital y llega al circo. Encuentra a Natalia con su novio, manteniendo relaciones, mientras la violenta tirándole fuertemente del pelo, y Javier le desfigura el rostro con una trompeta. Huye y llegan las fuerzas de seguridad. Todos van fuera del circo y acuden a un señor para que intente salvar la vida a Sergio, que desfigurado, abre los ojos. Natalia se asusta y sale.

Javier, durante su huida, llega a una cueva, en la que sobrevive un tiempo comiendo los animales que caen por la trampa. Sin embargo, en una ocasión, cae un jabalí y Javier corre. Huye, pero lo encuentra un señor, que está cazando perdices. Salcedo, el mismo que mató a su padre con el caballo. Lo utilizan, junto a los perros, para coger las perdices con la boca y traérselas. Una de las veces, Salcedo va a cazar perdices con Franco, quien le dice a Javier, tocándole la cara: “No permitas esto, hijo mío. No debieras someterte a esta humillación”,  pero Javier la muerde la mano.  Lo encierran en una especie de capilla, mientras planean deshacerse de él.  Un asombro que, este ser, le diga al protagonista que no se someta a esa humillación, cuando durante la guerra y en la dictadura española fue el mismo que hizo torturar, humillar y matar a miles de personas que solo luchaban por sus derechos y por la libertad, que llegó tras su muerte, cuando se instauró la democracia.

En esta capilla, se pone de rodillas delante de una figura de la virgen, figura que se transforma, tal vez en su imaginación, en Natalia, y le expresa estas palabras:   “El día de la ida ha llegado, tú serás mi ángel de la muerte. Sálvame del mal y cumple tu destino amado mío”.  Se desmaya y al levantarse, procede a vestirse con una serie de objetos que encuentra en una caja, untándose en su rostro una mezcla compuesta por sosa caustica. Se disfrazará en una especie de sacerdote-payaso. La banda sonora anterior suena en esta secuencia. Banda sonora, que podría funcionar como leit-motiv, ya que aparece en estos dos momentos en los que se remite a la Iglesia.

Adjunto un montaje para ejemplificar ambos momentos.

Disfrazado de sacerdote-payaso, con ametralladoras mata a quienes lo encerraron. Llega a un bar, donde suena una canción triste: “Balada triste de trompeta, por un pasado que murió”. Dispara a todos, pero un pequeño que fue al baño y sale, se pone frente a él, y el payaso le dice: “No te tengo miedo”. Puede que se lo esté diciendo a sí mismo, como niño, al haber perdido su infancia, y sentir que ahora con violencia no tiene miedo a nadie.

Encuentra a Natalia, a quien le pregunta si quiere irse con él o con Sergio. Natalia se posiciona junto a Sergio. En esta secuencia, podemos ver que es una mujer maltratada por su pareja, pero aun así prefiere estar con quien la agrede. Tal vez por miedo o porque piensa que su novio no le hace ningún daño, quizás porque le pega “ya que se lo merece”, como piensan muchas mujeres maltratadas.  Sin embargo, Javier va imponiendo el miedo, ha evolucionado a la violencia, como su novio. Por tanto, no entenderíamos por qué decide quedarse con quien la maltrata.

Triste porque Natalia lo ha rechazado, va por la calle y se encuentra a un niño junto a su madre, y le grita al pequeño: “vosotros tenéis la culpa”. Como anteriormente, intenta culpar a otros de su desgracia. Aunque en realidad, fueron otros, como las circunstancias y las personas del momento quienes le ocasionaron el trauma.

Natalia se une con Sergio para distraer a niños en sus fiestas de cumpleaños. Pero, a Sergio le descubren el rostro desfigurado, dándose cuenta que ya no sirve como payaso, pero no sabe hacer nada más. Llorando, podemos intuir que su objetivo sería hacer reír a los niños para evitarles un trauma como el que posiblemente haya padecido él durante su infancia.

El payaso triste llega a un cine. La canción que canta el protagonista de la pantalla es la misma que oímos en otras ocasiones. Canción del año 1960 del cantante Raphael:

Balada triste de trompeta

Por un pasado que murió

Y qué llora,

Y qué gime,

Como yo…

El protagonista de esta película se dirige a Javier, expresándole que se entregue a la policía, que es buena persona y esa chica no le conviene. Sin embargo, se superpone el rostro de su padre, expresándole “el humor es para los débiles. Si no se ríen, acojónalos, ya verás cómo funciona. Recuerda a tu padre, recuerda a tu destino. Solo hay una manera de ser feliz”. Sin embargo, el protagonista de la película le reprocha al padre cómo puede hablar así a su hijo. Un chico de la sala no puede ver la película y se dirige a  Javier, quien le agrede y sale del lugar imponiendo el miedo.
Adjunto un montaje de esta escena,

En esta secuencia observamos una técnica interesante: el cine dentro del cine. Recurso explicado por el teórico Gérard Genette como transtextualidad, definido como: «todo lo que pone al texto en relación, manifiesta o secreta, con otros textos»[1].  Distinguiendo en su estudio cinco categorías de relaciones transtextuales, como son: intertextualidad, metatextualidad, hipertextualidad, arquitextualidad y paratextualidad. En concreto, en este caso, podríamos decir que tenemos metatextualidad: relación crítica de un texto con otro que habla de él, sin citarlo e incluso sin tener que nombrarlo.

Este recurso es empleado en otras películas, a veces apareciendo fugazmente como en este caso, y otras veces pudiendo aparecer en el argumento de toda una película, como el caso de La noche americana  (François Truffaut, 1973) o Un final made in Hollywood (Woody Allen, 2002). En el caso del cine español, observamos este recurso en producciones como Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999) y Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988).

Podemos diferenciar diferentes taxonomías de la categoría metatextualidad. Basándonos en el profesor Luis Navarrete (Universidad de Sevilla), tenemos las siguientes:

-Mostración: el cine como muestra de construcción espectacular y artificiosa.

-Citación: cine como relación intertextual de unos discursos con otros.

-Reflexivo: El cine como discurso reflexivo sobre su propia construcción.

-Atrezzo: mostrándose el cine como un simple decorado o trasfondo argumental.

Específicamente, podemos introducir esta película en el último, ya que podemos contemplar el cine como trasfondo argumental de la historia del protagonista. Que aprende tras la pantalla que la felicidad viene dada por la venganza.

En varias ocasiones, también podemos observar este recurso, pero con la televisión dentro del cine.

Además, el nombre del local en el que trabajan los compañeros después de cerrar el circo se llama Kojak. Nombre que proviene de una serie de televisión de Estados Unidos, del año 1973. Serie protagonizada por Telly Savalas, como el Teniente Teo Kojak de la Policía de la Ciudad de Nueva York. Serie creada por Abby Mann, escritor de guiones cinematográficos ganador del Óscar,  por su trabajo en antologías de drama como Robert Montgomery. La segunda versión de esta serie se estrenó en USA Network y en ITV4 en Inglaterra. En esta versión, es Ving Rhames, un actor afroamericano quien interpreta al teniente Kojak.

Va en busca de Natalia en un camión de helados, cuando la ve en una calle y se baja, coincidiendo este momento con el accidente de Carrero Blanco.

Ambos llegan al Valle de los Caídos, donde están escondidos los compañeros del circo junto con los animales. Al llegar, el payaso triste se dirige a una cama para saltar. Podríamos interpretar que pretende recordar su infancia, sacar el niño que lleva dentro, recuperar lo perdido. Observamos un proyector de cine, que se dirige a una pared en la que vemos a un payaso, posiblemente se trate de la misma película que vio en el cine al que entró. Natalia baila junto a Javier al ritmo de la balada triste de trompeta, pero la joven le expresa que le tiene miedo.  Corre y llegan a una cueva. Javier le manifiesta con estas palabras: “El valle de los Caídos. ¿Lo conocías? Aquí hay 15 cuevas llenas de cadáveres. Uno de estos tiene que ser mi padre. Unos fachas otros rojos. Y al final han acabado aquí todos juntos. Es lo que tiene la muerte. Une mucho”.  Palabras que pronuncia riéndose. Risa a la que no sabemos buscarle respuesta, porque son cadáveres de las víctimas de la guerra. Tal vez porque no sabe cómo actuar ante tal trauma. O porque se ría de quienes lucharon en la guerra, que solo provocó sufrimiento por una simple cuestión de ideologías.  La paradoja de que unos lucharon contra otros, por las ideologías, y finalmente todos han terminado juntos.

Sergio obtiene información de donde se encuentran escondidos los compañeros y animales del cine y avisa a la policía, quien procede a su búsqueda. Recorren los alrededores. Un policía observa a Sergio pintarse la cara de payaso, se le acerca y le expresa que está loco, “como el otro, como todos los que os ganáis la vida haciendo el gilipollas. Si trabajaseis un solo día como el resto de la gente se os pasaba la tontería cagando ostias. Vago de los cojones”. Aprovechando el payaso para quitarle su arma. En este momento, vemos que la profesión de payaso no está valorada. No consideran que los payasos trabajen.

Posteriormente, Javier le expresa que ella lo ha vuelto loco.  Tal vez, por jugar con él y luego rechazarlo al preferir a Sergio.  Le declara su amor y el momento se rompe con la llegada de Sergio. Ambos corren y llegan a la parte superior. Se pelean y caen, colgando de la baranda, al vacío. Javier le pregunta: “¿De qué te sirve ser gracioso cuando te llega la muerte? ¿Te parece la muerte un chiste? Vamos payaso, hazme reír. Demuéstrame que tienes sentido del humor”.  Como desde su infancia, Javier rozando la muerte. Momento en el que podemos ver que el payaso triste puede ser gracioso. Sin embargo, Natalia le dice “no quiero que seas como él, no quiero que seas gracioso”.  Sergio consigue salvarse, al pasar por encima de Javier. Natalia le pega una torta y se lanzará al vacío. Momento de total oscuridad, casi que parecería una película en blanco y negro, pero varios objetos aparecen en color rojo, como la tela que lleva en su cintura. Roja, el color de la sangre. Sangre derramada por las víctimas de la guerra que ahí se encuentran enterradas. Y sangre que derramará la chica al intentar salvarse con uno de sus trucos de trapecista con la tela atada a la cintura. Sergio caerá y la tela en la cintura de la chica le ocasionará la muerte.  Ambos son cogidos por la policía y en la pantalla prevalecerá el color rojo de la nariz de Sergio, el color rojo de la cara de Javier, el color rojo de las letras de la ambulancia, color rojo de una parte del traje de uno de los chicos del circo, muerto por querer volar con su moto. Finalmente, cara a cara, rostros desfigurados, el payaso tonto ríe y el payaso triste llora.

Con esta película, podemos aprender la importancia de una infancia feliz, una infancia realista, pero alegre para los niños. Porque los traumas que son ocasionados durante esta etapa de la vida, aparecerán años más tarde. De ahí la importancia de la educación bajo los derechos humanos. Felicidad e ilusiones, protegidos de la violencia. Sin violencia, siendo observadores de la realidad, conociendo nuestra memoria histórica, para que no vuelva a repetirse.  Un pueblo que no conoce su historia, es un pueblo condenado a repetirla.

[1] Wikipedia.

Para profundizar más en el estilo de la Postmodernidad en el cine, se pueden consultar textos como:

Imbert, G. (2010). Cine e imaginarios sociales: El cine postmoderno como experiencia de los límites (1990-2010). Madrid: Cátedra.

Arranz Esteban, V. (2011). El papel del sonido audiovisual en el discurso cinematográfico postmoderno. Actas Congreso Internacional La Latina de Comunicación Social, La laguna. Disponible en:  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5278702