La presente entrada realiza un pequeño análisis fílmico del cortometraje titulado “Douglas: guardián de Escocia” un cortometraje realizado entre las localidades de Teba (Málaga) y Loja (Granada). Es dirigido por Sergio Boj y fue proyectado este fin de semana en el municipio tebeño.
En principio hago una breve sinopsis del mencionado cortometraje: nos encontramos en el año 1330 y el rey de Escocia, Roberto I Bruce, ha encomendado a sus hombres de confianza una última misión, que no es otra que llevar su corazón embalsamado a Tierra Santa: Jerusalén. El elegido es James Douglas, uno de sus principales guerreros, quien se ganó su confianza con sus muchas victorias. En su trayecto, Douglas es informado sobre la guerra que el rey Alfonso XI lleva a cabo contra los musulmanes en España, y decide ayudarle. A pesar del parentesco entre el monarca español y el enemigo de los escoceses, el rey Eduardo de Inglaterra. Se conjugan aquí la traición, el sacrificio, la lealtad, el amor y la amistad. Por tanto, James Douglas se erige como un personaje clave en la historia de Escocia: como protagonista de este cortometraje ambientado en la Baja Edad Media.
Y adentrándonos en este particular estudio, es bien sabido que para llevar a cabo un análisis fílmico son necesarias bastantes visualizaciones de la producción y supone una actividad interminable, por la multitud de matices que se pueden tener en cuenta para su estudio. No obstante, el mini-análisis de este film supone un reto personal, ya que fueron unas notas mentales que obtuve simplemente con el visionado del mismo en una sola ocasión, allí mismo. Ante el bullicio de personas durante su proyección pública en un espacio exterior.
Voy a utilizar algunos de los parámetros de análisis que utilicé en el estudio empírico de los filmes de mi tesis doctoral, como son los aspectos morfológicos y sintácticos.
Entre los aspectos morfológicos destaco los códigos visuales: en principio encontramos que en la localización del Castillo de la Estrella (Teba) tiene un fuerte peso el material de la piedra, lo que puede ser relacionado tanto con la frialdad del individuo que ahí habita (Alfonso XI, encarnado por Adrián Vereda) a la hora de dirigirse a sus súbditos como con el contexto del conflicto bélico. Como códigos textuales, se aprecia que el texto explicativo del hecho histórico presentado hacia el final del cortometraje se sucede de forma rápida y realmente no me da tiempo a leerlo por completo. Continuando con los códigos sonoros, como opinión personal decir que me gustó bastante este aspecto, especialmente en la escena presentada en la segunda mitad del film: me refiero a la escena en la cual un individuo toca la gaita junto al monolito dedicado a Sir James Douglas, ubicado en la Plaza de España del municipio tebeño. Y en el cual se inscribe un texto que narra la hazaña principal de este personaje escocés de nuestra historia. Igualmente de los códigos sonoros también se puede destacar que se da mayor protagonismo a los diálogos de los personajes que a la acción de los mismos. Lo que ofrece cierta información de su interior y conlleva un gran trabajo de preparación del guion por parte de los actores. Aparte de ello, decir que lo que destaca en los conflictos bélicos es la unión de los personajes que intervienen en los mismos y ello se pone de relevancia a través de la expresión: “siempre unidos”, que reiteran varios personajes en numerosas ocasiones.
Por otro lado, sigo con los aspectos sintácticos: la movilidad: observo que se conjuga la estaticidad con tomas realizadas con cámara en mano, pues la inestabilidad en el pulso se hace evidente en varias ocasiones. Y ambos se yuxtaponen tanto en los planos más cerrados como en los planos más abiertos. Planos cerrados que, tradicionalmente, vienen siendo conocidos porque nos introducen en los sentimientos y las emociones de los personajes. Insistiendo en la movilidad de la cámara, observo también leves movimientos en forma de travelling hacia arriba y otros laterales. A través de los cuales se describen los espacios exteriores, donde los individuos mantienen una serie de trifulcas y posteriormente yacen en masa, rodeados de sangre, en el suelo del espacio campal. En cuanto a la planificación, se intercalan planos cortos y planos largos a través de un montaje por corte en la misma escena. Algunos de estos planos presentan a los personajes en una situación plana (el individuo y la pared tras de sí) y otros planos muestran una descripción del lugar en el cual se sitúa. Es decir que se trata de planos más abiertos que muestran la profundidad de un espacio. Aquí me refiero, por ejemplo, a la escena presentada en el espacio del comedor del castillo, donde se localiza una mesa larga alrededor de la cual dos personajes se sientan, separados por el tamaño de la misma. Lo que denota cierta frialdad o desapego en su relación. Aparte de ello, como forma de hilvanar el relato, observo que la unión de las secuencias se lleva a cabo a través de un montaje en el que predominan los fundidos encadenados. En este sentido, se presentan también una serie de acciones en forma de flashes, pero no queda lo suficientemente claro si se trata de flash back (pasado) o si forman parte de una acción paralela (montaje en paralelo).
En general, y ya como juicio de valor, destaco las interpretaciones de los actores, la elaboración de los planos, construyéndose con especial cuidado, pues ocultan multitud de detalles, con estilo similar al de Eduardo Chapero Jackson en su cortometraje titulado “Contracuerpo”. El trabajo de vestuario, atrezzo y ambientación son interesantes. Aunque, desde el punto de vista de la producción, no llega al nivel de Braveheart (Mel Gibson), el conjunto del equipo hace un esfuerzo por acercarse a ella. Además de a la cultura y a la historia que une a la localidad tebeña con Escocia, a través de su visión histórica.
No olvidemos que el pasado y el presente se conjugan en esta construcción cinematográfica: pueden haber tenido un libro de historia delante, pero lo cierto es que se transforma un hecho histórico y se extrae de su contexto de partida: siglo XIV, para aportar algún valor, tema o matiz actual. Como es el individuo que toca la gaita ante el monolito ubicado en la Plaza de España y tras de sí el nombre de un negocio de hostelería se puede leer perfectamente.
Esta transformación sucede no solo en este film, sino en todas las producciones cinematográficas que recrean un contexto pasado, pues presentan una visión subjetiva. Por más veraz y auténtica que nos parezca la recreación de un hecho histórico, la historia es la historia y el cine es el cine, no es la historia. Aunque se utilice el medio fílmico para la recreación de hechos acaecidos en nuestra historia. Aclarar que un guionista es un individuo ubicado en un espacio y tiempo concretos, que de una forma u otra, tal vez inconscientemente, sus particularidades personales le pueden influir en la construcción de los personajes de su película.
Sobre las relaciones entre el cine y la historia se pueden leer las aportaciones de autores como Pierre Sorlin (1991), profesor en las universidades de Oxford y Nueva York y Josep María Caparrós Lera (2013) profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Sin más, volveré a ver este cortometraje en otra ocasión para tomar nota de otros aspectos de interés en su realización, porque se trata de un film interesante. Seguramente si nuestro país apoyase más al cine español, esta obra se podría transformar en un largometraje relevante, porque los actores muestran un gran talento en la interpretación. Os invito a verlo, aunque todavía no sé dónde se puede obtener. Si tengo mayor información os lo indicaré por aquí.
Finalmente adjunto el enlace del teaser de este cortometraje:
Y el enlace a la página web donde pueden obtener mayor información de los personajes y otras cuestiones relevantes:
https://www.jamesdouglasmovie.com/
Un saludo amig@s.