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Ilusiones, una película de Nieves Corral

Volvía a casa a las 20:30 de la Facultad de Ciencias de la Comunicación (Universidad de Málaga) un martes cualquiera de enero del año 2009, a la Hacienda Morillas donde tenía el piso, en la zona de Teatinos. Había estado unas 10 horas en la facultad, clases de mañana, de tarde, entre clase y clase horas de grabación en plató o enfrente de la otras facultades buscando gente para entrevistar (tirando de cámara y trípode de hierro) o en el laboratorio de edición o de radio. El cansancio se apoderaba de mí día a día, pero sentía algo en mi: Ilusiones. Sí, amigos, ilusión por la profesión en la que me estaba formando y a la que iba a dedicar mi vida, supuestamente. Narrativa audiovisual, Documentación Informativa, Diseño Gráfico, Empresa Audiovisual, Teorías de la Comunicación Audiovisual, Estructura de la Información, Cine español, Psicología de la Comunicación… pero la Redacción y Locución radiofónica eran mi pasión. Salía de clase y veía el edificio de Cadena Ser enfrente y se me hacían los ojos chirivitas…No podía evitarlo. Me hacía ilusión entrar por esa puerta. Me debatía entre la radio o convertirme en corresponsal de Guerra. Sí amigos, me gusta lo duro, qué le vamos a hacer. Para hacer lo fácil hay mucha gente en esta vida, para lo difícil hay que marcar la diferencia ante la mayoría. La tarea de oficinista y papeles varios no entraba entre mis inquietudes principales en aquellos momentos, pues ello revelaba monotonía y aburrimiento. Yo quería emociones fuertes: dolor, lágrimas, informar del sufrimiento humano más allá de nuestras fronteras. Quizás sea porque, desde mis primeros años hasta la adolescencia, mi vida había estado rodeada de los mismos (bullying, fallecimiento de mi padre con 15 años…) y solo la pasión por el que iba a ser mi trabajo hacía que cada mañana dibujase una leve sonrisa en mi rostro. Total, pensé que no tenía nada que perder, en la sociedad occidental pasaba bastante desapercibida ante la gente. Pero tanto una como la otra se frustraron en el camino como consecuencia de la precaridad laboral.

Por aquellos entonces, miré en Internet ofertas de empleo y decía: bueno pues con estos sueldos se puede vivir más o menos normal en el ámbito de la Comunicación, mileurista pero se puede vivir. Estoy en tercero, voy a tirar para adelante estudiando a muerte. Al terminar en 2011, pagar el título y las notas, volví a mirar y los sueldos habían bajado a menos de la mitad de aquella cifra. Cuando estudias fuera del domicilio familiar ¿Cómo puedes pagar un habitación con 300 € al mes que vas a ganar? Pues las cosas se fueron haciendo diferentes y me empezó a apasionar la investigación en el área de la Comunicación, concretamente el Cine y la Alfabetización Audiovisual. Más adelante se convirtieron en eje de mi día a día: máster, tesis doctoral, investigaciones postdoctorales, congresos, artículos científicos, capítulos de libro. Pero en torno a eso encontramos falta de financiación para publicar obras en editoriales indexadas en SPI, ausencia de información al respecto, complejidad en el desarrollo de proyectos de investigación, entre otras cuestiones que afectan más a quienes no cuentan con recursos económicos para acudir a actividades científicas.

Durante el Máster en la Universidad de Córdoba me rondaba otra idea por la cabeza, antes de comenzar siquiera el Doctorado: retirarme a Groenladia a hacer documentales, a lo Robert Flaherty. Pero no supe materializar la idea, la verdad, qué le vamos a hacer.

Radio, corresponsal de Guerra, rodar documentales en Groenlandia, pero como si de un flash forward se tratase, 10 años después, en 2019, un martes cualquiera del mes de enero, caminaba a las 20: 30 horas por esta misma zona de Teatinos, cerca de la Facultad de Ciencias de la Comunicación y dos lagrimones como puños bajaron por mi rostro: vi a chavales que volvían de clase. Chavales de 18-20 años que luchan por sus ilusiones, que estudian, que se escaquean en ocasiones de algunos profesores cuyas clases pueden llegar a ser tediosas… Pero, al fin y al cabo, vuelven de intentar luchar por sus ilusiones. Unas ilusiones similares a las que se cruzaron en mi camino con aquellos 20 años, en plena juventud dorada. No sé por qué, pero mis pies me llevaron a un kiosco a comprar un paquete de gusanitos. Y las palabras de una profesora me vinieron a la mente: «saldréis de aquí pensando que os vais a comer el mundo, pero el mundo os comerá a vosotros, aunque el 15M marcará la historia de España». Y efectivamente, la precariedad laboral, las dificultades de los entornos rurales para avanzar y desplazarse hasta la capital suponen un lastre. Dificultades provocadas por la incompetencia y la mala gestión de algunos de nuestros gobernantes a los que elegimos cada 4 años, pero que solo nos dedican tiempo durante la campaña electoral. Luego somos transparentes. Mi trabajo actual me encanta, pero es complejo independizarse todavía. A dia de hoy, es necesario pluriemplearse para sobrevivir en España con un doctorado. Pero la vida es lucha, no me cabe la menor duda.

También me vinieron a la cabeza los momentos que pasé con una compañera de clase, la verdad que era graciosa y rara a la vez (un poco como yo ahora). Me acercó a la fotografía abstracta, a la obra de Luis Buñuel y Julio Médem, y planeábamos las bases para rodar una película que contuviese monjas asesinas, una mezcla del estilo de Stephen King y Fernando Iwasaki. ¡Ah! y la verdad que tuvimos momentos…no sé cómo describirlos, momentos surrealistas y arriesgados, sobre todo cuando en la asignatura de Fotografía artística la profesora nos pedía fotografíar en interiores de centros comerciales (y casi me quita el guardia de seguridad la cámara réfléx) o cuando nos pedía tomar fotos a escaparates (pero casi llaman a la policía y al dia siguiente pusieron un cartel en el escaparate en el que se decia «Prohibido tomar fotografías»).

Y todo por unas ilusiones que a día de hoy están lastradas. No obstante, aunque no en estos momentos, algún día las retomaré, porque no me doy por vencida tan fácilmente como algunos se imaginan.

Hasta aquí lo que puedo contar, aquí termina Ilusiones, una película de Nieves Corral. Realmente el final todavía está abierto, lo que se conoce como Cliffhanger. No puedo contar el final y hacer spoiler porque todavía no sé cómo termina. Quién sabe cómo termina, la vida da muchas vueltas.

Un saludo amig@s.

 

Análisis del discurso televisivo

La televisión es un medio de comunicación de masas. Genera información, que puede ser creada en directo o diferido. Transmite de forma sincrónica sonidos e imágenes para su recepción simultánea. Este medio vehicula programas que puede ser de diferentes modalidades como la educación, la información y el entretenimiento, reconducidos a través del espectáculo.  La recepción de la información se produce a través del hogar sintetizándose con estas características mencionadas por Roman Gubern: carácter gratuito como generador de audiencia, carácter familiar, televisor como centro que articula la vida familiar, fomento del sedentarismo, poder de adicción.  La televisión incorpora gran variedad de géneros narrativos como mesas redondas, magazines, informativos, concursos, programas didácticos…además tener en consideración la presencia del directo.  Algunos teóricos del mundo de la comunicación sugieren que determinadas imágenes sean transmitidas a determinadas horas para ser recibidas por un público que se encuentra en condiciones psicosociológicas distintas. El emisor organiza en su mente el mensaje televisual a través de los códigos propios de la cultura social dominante que intenta reforzar, pero ciertos espectadores realizan una lectura no prevista por el discurso.  La televisión elimina toda actividad del espectador. La realidad se disfraza, es filtrada, descontextualizada, reorganizada.

Como hemos dicho anteriormente, algunos teóricos recomiendan que ciertas imágenes no sean vistas por un público en condiciones psicosociológicias diferentes al público en general. Esto es defendido en la Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual. Muy pocas cadenas televisivas, por no decir ninguna,  tienen en cuenta esta ley a la hora de programar sus contenidos audiovisuales, ya que podemos ver en numerosas ocasiones infracciones de este tipo:

El artículo 57 señala como muy graves:

-La emisión de contenidos que de forma manifiesta fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social.  Aquí vemos como en series de algunos de los canales líderes de audiencia, los personajes fomentan el odio a los inmigrantes y por razón de sexo.

-La emisión de comunicaciones comerciales que vulneren la dignidad humana o utilicen la imagen de la mujer con carácter vejatorio o discriminatorio. Esto lo vemos en un anuncio que últimamente está muy de moda porque ha sido denunciado por entidades que respetan los derechos y la dignidad de los usuarios, como es el caso de “P&G siempre apoyando a las madres”, donde se delega exclusivamente en las mujeres la obligación al cuidado de la casa. U otros anuncios de perfumes conocidos en los que utilizan a la mujer como objeto sexual del hombre.

Aparte de todo esto, la ley nos habla de los Derechos del menor, entre los cuales se encuentran:

1. Los menores tienen el derecho a que su imagen y voz no sean utilizadas en los servicios de comunicación audiovisual sin su consentimiento o el de su representante legal. En todo caso, está prohibida la difusión del nombre, la imagen u otros datos que permitan la identificación de los menores en el contexto de hechos delictivos o emisiones que discutan su tutela o filiación.

Este apartado lo vemos en muchas noticias de la prensa rosa, cuando discuten la filiación de algún menor de edad hijo de famoso.

2. Está prohibida la emisión de contenidos audiovisuales que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, y, en particular, la de aquellos programas que incluyan escenas de pornografía, maltrato, violencia de género o violencia gratuita. Este apartado lo vemos en series como “Juego de tronos” en la que aparece menores siendo testigos de escenas sexuales violentas, marcada para mayores de 16 años colocada en la parrilla programática a las 22:00 horas, cuando este horario es para mayores de 18 años.

Aquellos otros contenidos que puedan resultar perjudiciales para el desarrollo físico, mental o moral de los menores solo podrán emitirse en abierto entre las 22 y las 6 horas, debiendo ir siempre precedidos por un aviso acústico y visual, según los criterios que fije la autoridad audiovisual competente.

Se establecen tres franjas horarias consideradas de protección reforzada, tomando como referencia el horario peninsular: entre las 8 y las 9 horas y entre las 17 y las 20 horas, en el caso de días laborables, y entre las 9 y las 12 horas sábados, domingos y fiestas de ámbito estatal. Los contenidos calificados como recomendados para mayores de 13 años deberán emitirse fuera de esas franjas horarias, manteniendo a lo largo de la emisión del programa que los incluye el indicativo visual de su calificación por edades.

Será de aplicación la franja de protección horaria de sábados y domingos a los siguientes días: 1 y 6 de enero, viernes santo, 1 de mayo, 12 de octubre, 1 de noviembre y 6, 8 y 25 de diciembre.

Todos los prestadores de servicios de comunicación audiovisual televisiva utilizarán, para la clasificación por edades de sus contenidos, una codificación digital que permita el ejercicio del control parental.

En horario de protección al menor, los prestadores del servicio de comunicación audiovisual no podrán insertar comunicaciones comerciales que promuevan el culto al cuerpo y el rechazo a la autoimagen, tales como productos adelgazantes, intervenciones quirúrgicas o tratamientos de estética, que apelen al rechazo social por la condición física, o al éxito debido a factores de peso o estética.

3. Las comunicaciones comerciales no deberán producir perjuicio moral o físico a los menores. En consecuencia tendrán las siguientes limitaciones:

-No deben incitar directamente a los menores a la compra o arrendamiento de productos o servicios aprovechando su inexperiencia o credulidad.

-No deben animar directamente a los menores a que persuadan a sus padres o terceros para que compren bienes o servicios publicitados.

-No deben incitar conductas que favorezcan la desigualdad entre hombres y mujeres.

-Las comunicaciones comerciales sobre productos especialmente dirigidos a menores, como los juguetes, no deberán inducir a error sobre las características de los mismos, ni sobre su seguridad, ni tampoco sobre la capacidad y aptitudes necesarias en el menor para utilizarlas sin producir daño para sí o a terceros.

Vemos que todas estas limitaciones las ignoran, contenidos comerciales de niños y niñas relacionadas con juguetes que inducen a la discriminación, desigualdad entre niños y niñas, machismo, sexismo, que incitan a la compra de los mismos aprovechándose de la falta de experiencia de los menores de edad para que convenzan a sus padres hacia la compra de determinados productos de ocio.

Con todo ello, es importante tener en cuenta que la televisión en sí, como medio de comunicación, no es mala ni nociva, solo hay que saber utilizarla a la hora de tratar con menores de edad,  ya que genera peligros en su mente y su forma de vida, afectándole de forma negativa a largo plazo.

Fuentes:

Umberto Eco: “Apocalípticos e integrados”.

Ignacio Ramonet: “Cómo nos venden la moto”.

Ley 7/2010, de 31 de marzo, General de la Comunicación Audiovisual.