Hola amig@s, en esta ocasión voy a dar un giro temático a las reflexiones de mi blog. En lugar de cine voy a enfocarme en la fotografía. Concretamente voy a recapacitar sobre las fotografías presentadas en el Centro José Guerrero (Granada) en una exposición dedicada a Duane Michals, que estará disponible hasta principios del mes de abril del presente año, por si queréis ir a visitarla.
Como inciso, me gustaría aclarar que Duane Michals nace en 1932 en Pennsylvania (Estados Unidos). Es un fotógrafo cuya obra destaca por las secuencias cuidadosamente construidas y la introducción de textos escritos a mano sobre sus copias positivas como elementos propios de las fotos, especialmente su firma. Autor contemporáneo considerado uno de los principales representantes de la fotografía conceptual y filosófica. Con vigor ha renovado el lenguaje fotográfico en la segunda mitad del siglo XX. Precisamente no estudió nunca fotografía y, según confiesa, esto le permitió alejarse de las prácticas habituales sin preocuparse por los límites impuestos por la tradición. Sus referentes estéticos son pintores (Magritte, Balthus y De Chirico), quienes determinaron su libertad de expresión, su carácter lúdico y sin fronteras, así como su visión escenográfica. Incluso llega a confesar que utiliza el recurso de la secuencia por la frustración que le produce la fotografía fija.
Los recursos comentados de su estilo le permiten reflexionar con fuerza narrativa sobre los grandes temas que le preocupan, como la sexualidad, la muerte y el amor, a través del humor y los efectos sorpresivos. A las paradojas de la representación, las meditaciones metafísicas, se puede añadir también la sátira. Para no depender del mercado del arte, este fotógrafo ha realizado también trabajos más comerciales, relacionados con la publicidad, retratos de personalidades del mundo de la cultura, el espectáculo, encargadas por célebres revistas. Temas como las relaciones humanas, la incomunicabilidad y la crítica política los ha llevado también a la pantalla con estilo de cortometrajes.
Habiendo comentado ya estos antecedes, voy a proceder a la reflexión de algunas de las obras presentadas que me han llamado especialmente la atención.
En primer lugar, me gustaría destacar la fotografía titulada “El hombre iluminado” realizada en 1968. En ella se puede observar que juega con el contraste: espacio oscuro que rodea a un individuo que irradia luminosidad, con especial énfasis en los rasgos difuminados de su rostro. En conjunto, encuentro que esta obra tiene un toque estético similar al del cine expresionista alemán. Aunque este acto de ocultar el rostro también recuerda a la pintura de uno de sus referentes, si bien desde otra estética y estilos diferentes, como es el del individuo representado en la pintura titulada “Hijo del hombre”, realizada por René Magritte en 1964.
El hijo del hombre. René Magritte.
Por otro lado, destaco la secuencia titulada “El espejo mágico de la incertidumbre del Dr. Heisenberg” realizada en 1998, porque el elemento del espejo hace reflexionar acerca de cómo nos observamos a nosotros mismos. Igualmente, considero que la distorsión que se aprecia en ese espejo apela a esa manipulación que los medios de comunicación ejercen en nuestras mentalidades, transformando en cierta medida la autopercepción. En la última imagen, en la cual la chica mira al fotógrafo y, por ende, se enfrenta al espectador, es cuando el espejo refleja mayor difusión en su rostro. En cualquier caso, considero que, un elemento de estas características que simboliza la duplicidad, hace madurar al público que mire esta secuencia fotográfica.
En otro orden de cosas, considero simpática la fotografía titulada “El famoso truco de magia del Dr. Duanus”, datada del año 1996. Aunque el gesto de la mano del individuo principal integrante en la escena resulta bastante representativo, pues simula un arma.
Y en este sentido podemos cavilar que se puede tratar de un indicio que recuerda a los diferentes conflictos bélicos yugoslavos que tuvieron lugar en estos años. Principalmente porque tenemos en cuenta la crítica política que este fotógrafo trata como temática en algunas de sus obras. Recordemos que Montenegro y Serbia decidieron mantenerse unidos formando la República Federal de Yugoslavia. Y que posteriormente se involucraron especialmente en la guerra contra Croacia y contra Bosnia, y tropas montenegrinas lucharon entre 1991 y 1995 junto a los serbios contra los croatas y los bosnios. Aparte de ello, en Kosovo los separatistas albaneses del Ejército de Liberación de Kosovo combatían a las fuerzas de seguridad yugoslavas desde hacía años y el conflicto estalló en una guerra a gran escala en 1999. Si tuvo en cuenta estos acontecimientos sociales o si el individuo realizó este gesto de forma espontánea lo desconocemos a ciencia cierta, pero abrimos el interrogante y sembramos la duda.
Otra de las obras que me gustaría resaltar se titula “El abuelo se va al cielo” (1989) y me parece especialmente interesante porque se puede apreciar esa visión inocente del niño, testigo de la partida de su abuelo al cielo. Comparto con vosotros solo algunas imágenes de la secuencia. Aunque no se aprecia con exactitud, en la primera se observa una escena más oscura, con mayor contraste en luces y sombras, mientras que las últimas, cuando el abuelo se levanta de la cama y se dirige hacia la ventana, la escena se torna más blanquecina, con tonos más suaves, reflejando quizás esa ingenuidad e idealismo con el que el niño está observando el trance de su abuelo hacia la otra vida.
Algunas imágenes de la secuencia «El abuelo se va al cielo».
Finalmente, otras secuencias especialmente interesantes que me gustaría mencionar se titulan “La muerte visita a la anciana” (1969) y “El hombre del saco” (1973). La reflexión y, en cualquier caso, interpretación de las mismas os la dejo a vuestra merced. Para ello os podéis ayudar el texto Cómo se lee una fotografía de Javier Marzal, que ilustra sobre su metodología y también la aplica en el análisis de diferentes imágenes, entre las cuales podemos incluir la secuencia de Duane Michals titulada «Las cosas son raras».
Sin más, un saludo amigos.
Izquierda: «La muerte visita a la anciana»; Derecha: «El hombre del saco».
Secuencia: «Las cosas son raras».
Los fotogramas solo han sido incluidos por el derecho a cita, los derechos de las imágenes pertenecen a los autores de las mismas. No pretendo apropiarme de las mismas, ni lucrarme ni hacerlas mías. Solo contribuir a su reflexión crítica. Desde luego, os animo a visitar la exposición, que es gratuita y se aprende mucho sobre el estilo de este artista. Engrandece el espíritu cultural y da vida a la imaginación dejando puertas y ventanas abiertas en el inconsciente.