El cine de Robert Flaherty

El objetivo de Robert Flaherty era favorecer la comprensión entre los pueblos a través del cine. Entre algunas de sus producciones se encuentran: Moana (1926), Tabú (1931) junto a F.W.Murnau e Historia de Louisiana (1948).
Era partidario de la observación participante, por lo que decidió trasladarse al Ártico canadiense, donde se documentó e investigó acerca de la vida de los esquimales. Gran observador y admirador de las tribus aisladas de la sociedad, Flaherty utilizaba el cine como medio para mostrar la realidad, lejos del espectáculo. No utilizó actores ya que, según su criterio, prefería a los propios habitantes, porque eran quienes mejor reflejaban su propia cotidianidad. Construyó sus películas bajo las premisas de belleza y verdad.
El documental del que vamos a hablar, Nanook el esquimal, tuvo que ser filmado en dos ocasiones, a causa de un accidente, pues los negativos se incendiaron. Algo que no afectó mucho a Flaherty, porque no estaba muy de acuerdo con la primera copia.
Esta producción contiene planos en los que busca la belleza y los combina aportando a cada uno de ellos una función dentro de la obra. Los primeros planos de Nanook mirando a cámara pretenden una unión entre el protagonista y el espectador, a la vez que se resalta el hecho de que el espectador está siendo observado y acompañado.
Flaherty utiliza las secuencias largas para generar en el espectador la impresión de que se está captando al individuo de forma directa sin que exista ningún tipo de manipulación.
Otra característica que llama la atención sus subtítulos: pequeñas explicaciones que son introducidas a lo largo del documental, ejerciendo una función de interacción con el espectador.
Como se dijo anteriormente, Flaherty busca la veracidad y la realidad. Sin embargo, su intervención en las localizaciones suscitan que estas personas modifiquen su comportamiento habitual para dar vida a unos personajes que le interesaba representar.
Pretende reflejar un modo de vida diferente mediante la imagen del “hombre primitivo”. No pretende criticar este modo de vida, sino plasmarlo a través de una supuesta familia incivilizada.
Flaherty trabaja sobre un documental dramático, donde hay un personaje que tiene un problema y la cámara lo sigue en su supervivencia.
En una reflexión, Flaherty expresa estas consideraciones:
“La finalidad del documental, tal como yo lo
entiendo, es representar la realidad bajo la forma
en que se vive […]. Una hábil selección, una
cuidadosa mezcla de luz y de sombra, de
situaciones dramáticas y cómicas, con una gradual
progresión de la acción de un extremo a otro, son
las características esenciales del documental,
como por otra parte pueden serlo de cualquier
forma de arte. Pero no son éstos los elementos que
distinguen al documental de las otras clases de
filmes; el punto de divergencia entre unos y otros
estriba en lo siguiente: el documental se rueda en
el mismo lugar que se quiere reproducir, con los
individuos del lugar. Así, cuando [el
documentalista] lleva a cabo la labor de
selección, la realiza sobre material documental,
persiguiendo el fin de narrar la verdad de la
forma más adecuada y no ya disimulándola tras un
velo de elegante ficción, y cuando, como
corresponde al ámbito de sus atribuciones, infunde
a la realidad un sentido dramático, dicho sentido
surge de la misma naturaleza y no únicamente del
cerebro de un novelista más o menos ingenioso”
(Robert J. Flaherty).

Finalmente, incluyo un pequeño vídeo con unas imágenes de su documental, y espero que os guste.

 

 

Anuncio publicitario

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s