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La naranja mecánica y el condicionamiento clásico

“La naranja mecánica” es una película dirigida por Stanley Kubrick. Gran repercusión social y ultraviolencia explícita y extrema caracterizan a esta película. Este filme no pudo ser visto en Reino Unido hasta después de que este director falleciese en 1999.

La historia comienza en un bar lácteo denominado Korova, en el que Álex, Pete, Georgie y el Lerdo consumen leche-plus, una leche con velocet, synthemesco o drencrom, que los prepara para recurrir al uso de la ultra violencia. Al salir de este bar, se encuentran a un señor por la calle al que proceden a golpear, le quitan la ropa y destrozan sus libros, sin ningún motivo aparente, robándole su dinero y utilizándolo para comprar alcohol.

Paseando cerca de una central eléctrica, hayan a cinco muchachos intentando violar a una joven, pero no les llama la atención hasta que descubren que se trata de una pandilla rival cuyo cabecilla es Bilyboy. Ambos grupos comienzan una pelea y la joven huye asustada.

Luego, el grupo inicialmente descrito consigue entrar en una lujosa vivienda, donde golpean a un señor mayor, lo atan y posteriormente violan a su esposa. Tras la agitada noche, retornan al bar lácteo como si nada hubiese pasado, donde se produce una discusión entre los jóvenes, porque Álex golpeó al Lerdo al insultar a una chica que estaba cantando la Oda a la Alegría de Friedrich Schiller, junto a la música de Ludwig van Beethoven. A la mañana siguiente, un asesor postcorrectivo interroga a Álex amenazándolo con que lo agarrarán pronto. Al salir de aquí, se dirige a un local donde venden material musical, y a la vez que espera, observa a dos niñas menores, de unos 10 años, comprando música pop, a quienes coge y las lleva a su casa, las emborracha y las viola. Posteriormente, sus dragos lo atacan por el papel de líder que ha asumido y les responde con una paliza para mostrar su liderazgo. Entre todos, lo convencen para entrar en una casa en la que vive una mujer con mucho dinero y amante de los gatos. El joven entra y se enfrenta a ella llevándola a la muerte con una estatua con forma de pene que decora la casa. Salen corriendo del lugar, dejando a Álex que será capturado por la policía. No obstante, aunque sea de corta edad, entra a prisión. Aquí, se une a una ideología religiosa y así tener acceso al equipo de sonido para oír música clásica.  Al estar un par de años en la cárcel, destaca por su buen comportamiento y tras recibir una visita del ministro del interior del país, se ofrece voluntario para recibir un tratamiento psicológico llamado Ludovico.

Para experimentar con este tratamiento, es llevado a un recinto donde tiene todo tipo de comodidades. Le inyectan un medicamento que le induce a vomitar tras cada comida. Luego es llevado a una sala amplia, una especie de sala de cine, donde observa en una pantalla una serie de imágenes de ultra violencia, con música clásica de fondo. A causa del tratamiento que le inyectan, asocia la sensación de malestar con los vídeos que le exhiben de ultra violencia y la música clásica. Por tanto, la violencia y la música de Beethoven le producen un gran malestar emocional.

Tras todo esto, es liberado de la cárcel. Vuelve a su casa, pero sus padres parecen que lo han sustituido por un inquilino, a quien aparentemente parecen querer más que a su propio hijo. Por tanto, decide irse de su hogar y camina por las calles sin rumbo fijo. Se encuentra a un mendigo a quien él no conoce, pero Álex es reconocido por el mendigo, y tanto éste como quienes lo acompañan lo golpean hasta que llega la policía.  No obstante, los policías que llegan son más que conocidos para él: se trata de sus ex amigos, el Lerdo y Billyboy, quienes lo llevan a un bosque y le propinan una paliza, hasta que casi lo ahoga.

Así pues, Álex busca un lugar en el que le presten socorro y encuentra la misma casa del principio, donde vivía el señor a quien violentó tiempo atrás, que estaba en silla de ruedas.  El joven, muy bien recibido por el escritor, quien no lo reconoce en un principio, es descubierto cuando canta en la bañera la misma canción que tarareó cuando violaba a su esposa años atrás. Por tanto, le da de beber un vino con medicación, para dejarlo dormido y llevarlo al desván.

Tanto el escritor, como otros sujetos relacionados con la campaña de desprestigio al gobierno, usan la música de Beethoven para que el chico se suicide tirándose desde el desván y culpar así al gobierno de los métodos de re-educación a los que Álex fue sometido durante el tiempo que estuvo en prisión, para que el actual gobernante no sea reeligido.

Precisamente la película se caracteriza por extremas y perspectivas audacias de experimentación formal: acelera y ralentiza el tiempo de la historia, utiliza varias veces la cámara en mano, recurre al collage, incluyendo fragmentos de otras películas, anticipa la técnica del videoclip y engendra el género de las películas ultra violentas. Además, el sonido es utilizado de forma importante para ser asociado a determinados estímulos en el protagonista, a la vez que mueve emociones e impacta al espectador de alguna manera.

El trasfondo trascedental más importante que esta película plantea es el uso de una técnica psicológica para cambiar un comportamiento de un ser humano. La técnica de Ludovico, tal como es nombrada y presentada en los medios de comunicación en la obra cinematográfica, es un tratamiento basado en el condicionamiento clásico.  Tratamiento que consiste en equiparar un estímulo incondicionado: una droga que produce vómitos, con un estímulo condicionado como lo son una serie de imágenes sexuales y de ultra violencia. En definitiva, la presentación del estímulo condicionado, las imágenes, y la música asociada a ellas provoca esa respuesta condicionada como supone ese malestar físico. De manera que Álex consigue curarse del tratamiento gracias a un proceso denominado Inundación (flooding): al presentarse la música clásica, sin haber tomado la droga, la respuesta de malestar físico se extingue.

Hay diferentes tipos de violencia que se puede ejercer, como por ejemplo: persona-persona, persona-grupo, persona-Estado, Estado-persona, Estado-grupo, Estado-Estado. Aquí vemos en un principio, que Álex emprende la violencia con personas anónimas, luego con grupos, pero después el rol se cambia y son otras personas quienes ejercen la violencia contra él. Hasta que posteriormente es el Estado quien ejerce contra él la violencia, imponiéndole la condena en prisión y la violencia que ejercen a la hora de realizar el tratamiento conductual: camisa de fuerza y visionar imágenes violentas que se iban sucediendo en la pantalla de la sala.

Nos encontramos ante una película que puede no ser agradable para el espectador convencional, como consecuencia de recursos visuales para la presentación de tan excesiva violencia y el uso de la psicología conductual para el cambio de actitudes mediante las técnicas del condicionamiento clásico de Pavlov.