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La espiral del silencio

El concepto de “espiral del silencio” tiene su origen en la teoría sobre la opinión pública desarrollada por Noelle-Neumann (1974, 1984, 1991). Implica la interacción de cuatro elementos fundamentales: los medios, las opiniones y creencias personales, la comunicación interpersonal, y las relaciones sociales. Se trata de la red de relaciones que tejen las opiniones de los individuos, donde los medios son una de las clave en su configuración.

La espiral del silencio alude a una concepción en la que:

-La sociedad impone unas tendencias mayoritarias de opinión haciendo difícil a los individuos aislarse.

-Los individuos tienden a evaluar el clima mayoritario de opinión como dominante, llegando a renunciar a sus opiniones propias, que tienden a quedarse apartadas.

-Las opiniones con mayor repercusión se escenifican cada vez más y las minoritarias cada vez menos, entrando en una especie de espiral silenciosa que se va agrandando poco a poco.

Por ello, Noelle-Neumann parte de la afirmación siguiente: Los individuos observan la realidad social y perciben ciertas tendencias o corrientes de opinión como mayoritarias. Este clima de opinión mayoritario hace que la gente se adhiera a él por miedo al aislamiento o rechazo social.

Noelle-Neumann afirma también que si una opinión es considerada dominante tiene muchas probabilidades de seguir siéndolo en el futuro. La opinión pública es clave para el cambio social: desde ella que se puede iniciar un proceso de esta naturaleza. Y aunque una opinión no gobierne en un momento dado, si esta más extendida, es decir, es mayoritaria, tiene muchas posibilidades de llegar a dominar o gobernar socialmente (de ahí la importancia y la repercusión social de trabajar en la opinión pública, como ha descubierto la clase política).

Lo percibido como dominante en valores y opiniones va incrementando. Y en ello desempeñan un papel decisivo los medios. Y junto a ello, la tendencia humana a la sociabilidad que hace que llegue a cuestionar sus propios puntos de vista para ajustarlos al dominante por temor al aislamiento o rechazo. Algo parecido a lo que ocurre en la presión de grupo sobre las opiniones de sus componentes pero de manera más extensa y colectiva. Los valores dominantes se imponen a la sociedad con la ayuda de los medios de comunicación.

Es importante recalcar que para analizar el papel desempeñado por los medios de comunicación en la formación de la opinión pública se debe recurrir a los planteamientos de la agenda-setting mediante cuestiones del tipo ¿qué temas privilegian o destacan los medios en detrimento de otros? Los medios intervienen en la formación y consolidación de opiniones apoyando unas tendencias y silenciando otras. Es decir, ofreciendo las opiniones dominantes, difundiendo aquellas que pueden mantenerse en público sin caer en el aislamiento. Todo ello mediante reglas mediáticas claras, como el tratamiento temático o la repetición de tópicos. Para Noelle-Neumann los medios más que anticipar o reflejar la opinión pública son creadores de opinión: su presión desencadena «sumisión, silencio». Mediante la función de agenda-setting, los medios proporcionan los ladrillos para construir la opinión pública mediante sus representaciones, estereotipos y valores. Los medios se deleitan de un inmenso y extraordinario poder que les hace inmune a las críticas y generan impotencia en gran parte de la audiencia por la debilidad de los individuos ante el tamaño de su poder.

La espiral del silencio es una teoría muy interesante para explicar el modo en que se comportan los individuos con respecto a las corrientes mayoritarias, el conformismo social, el fortalecimiento de esas corrientes. El modo en que actúan el control social y la cohesión con la aportación de los medios de comunicación.

¿Qué ocurre con los innovadores, aquellos profesionales que encabezan e introducen ideas novedosas en todos los campos y al principio luchan a contracorriente? Artistas, científicos, pensadores y reformadores sociales han logrado introducir con el paso del tiempo, sus criterios para que la sociedad cambiara (por ejemplo, reformistas y revolucionarios por los derechos democráticos y sociales, líderes de trabajadores que propiciaron cambios laborales, mujeres que lucharon por el voto femenino o científicos como Galileo, Einstein, Darwin, Freud y otros, que revolucionaron el conocimiento). Si se desplaza el polo de atención desde los conformistas a los innovadores, la espiral del silencio deja bastantes vacíos.

Con la llegada de la crisis económica, muchas personas se están uniendo a la lucha por sus derechos y están dejando de ser conformistas y pasar a ser revolucionarios. Aunque todavía siguen habiendo demasiados que siguen siendo sumisos a la orden, aunque les estén estrangulando, quitando sus ahorros y formando parte de ese grupo esclavo del poder, pero al que se sienten indefensos para protestar, por miedo, ignorancia, pasotismo o sentirse solos en una lucha social confusa y con trabas económicas.