El cine es la materia prima de esta película. Inspirándose en un relato de Brian Selznick. Esta película recapitula fotogramas coloreados a mano por Méliès, con tono de fantasía, en una época en la que crece el cine digital y 3D. Una pequeña lección de la historia del cine. De igual forma, que los hermanos Lumière también están presentes, conjugándose la proyección de La llegada del tren a la Ciotat con con la recreación de un célebre accidente ferroviario producido en la estación de Montparnasse.
Hugo es un niño huérfano, fascinado por los mecanismos de relojería y los autómatas, que vive en la estación, y emprenderá una aventura que le llevará a descubrir la verdadera identidad de un anciano vendedor de juguetes, Georges Méliès, considerado padre de los efectos especiales.
La película comienza con un estupendo plano-secuencia que nos muestra la ciudad de París, y nos lleva al lugar en el que se producirá la historia, hasta llegar a los ojos del protagonista situados detrás en el reloj de la estación. Al ver la Torre Eiffel en el plano secuencia y oír la música de la banda sonora, ya sabemos que nos encontramos en Francia. La música refuerza los momentos de tensión, los momentos más dramáticos.
Cargada de primeros planos y planos cortos, para irnos situando en la psicología de los personajes y invitándonos a ser partícipes de sus acciones. Planos subjetivos, picados, contrapicados, travellings. Puede dar lugar a confusiones en varios momentos, como la carrera del perro en los primeros minutos, que costaría identificar si se trata de un travelling de acompañamiento o steady cam. Son maravillosos los planos generales de todo nevado y leves rayos de sol de fondo. Es interesante el plano en que la niña cae al suelo y es captada desde arriba y a la vez la sobreimpresión de los pies de los figurantes que pasan por ese camino.
Sobre el color, sobresalen los colores oscuros del vestuario de la mayoría de los personajes, en contraste con el color azul de los uniformes de los guardias, con algún tono rojizo, azulado… de algunos detalles del vestuario en general de los personajes secundarios y figurantes. Filtro azulado, para destacar los ambientes fríos de nieve.
Cuando los niños entran en el cine, vemos imágenes de archivo de una película en blanco y negro, parecer ser un guiño a los filmes de Charles Chaplin. También, volvemos a ver imágenes de archivo cuando los niños comienzan a leer un libro en la biblioteca sobre las primeras películas, y nos presenta imágenes de La llegada del tren a la ciudad, uniendo estas imágenes con cortinillas rojas con las mostradas en el cine con gente de clase alta asustada, porque pensaban que el tren se va a salir de la pantalla y arrollarlos. Interesante el momento en que el niño mira la imagen de arriba de la biblioteca y ve que la figura del hombre rodeado de estrellas señala algo iluminándolo, y nos lleva a una proyección de cine, en la que volvemos a ver imágenes de archivo en blanco y negro, abiertas con cortinillas rojas. En estas imágenes, observamos otro clásico, La salida de los obreros de la fábrica, mezclándolas con otras imágenes, algunas mostradas con filtros verde, rosa, violeta-azulado. A lo largo de la secuencia en la que los niños tienen el libro en sus manos, van leyendo algunos textos y viendo algunas imágenes, se van mezclando con imágenes de archivo de la época, tanto en blanco y negro, como algunas con filtro amarillo, verde, rosa… que se van sucediendo de forma acelerada. Ambos niños, descubren cosas interesantes de la historia del cine, como que George Méliès descubre que las películas tienen el poder de capturar los sueños. Seguimos viendo varias veces más imágenes de archivo a lo largo de la película, tanto en blanco y negro, como en color, con momentos de fantasía, efectos especiales, que ahora son normales, pero en la época eran novedad. Así como también vemos, el proceso de revelado de la película en el cuarto oscuro.
Emocionante el momento en que el niño se cuelga del reloj, para que el guardia no lo encuentre, iluminando la escena con tonos azulados y con los bellos paisajes de la ciudad de París con sus luces y su Torre Eiffel. En esta escena del niño colgándose de la aguja del reloj y posteriormente sentado en la parte exterior de la ventana, observamos unos puntos de vista y unas perspectivas increíbles e impactantes. La película termina con un plano secuencia, haciendo un recorrido desde la calle mostrando de lejos el lugar, hasta pasar por los personajes presentes en la fiesta de la gala, terminando con un plano de la joven escribiendo su libro llegando al autómata sentado en la mesa, con la voz en off de la joven narrando lo que va escribiendo en su libro. Terminando como empezó, con la presencia del tren pasando detrás del edificio y el interior del mismo rodeado de relojes. Los créditos del final de la película son dignos de Martin Scorsese, con esa elegancia tanto en formas, presentación y banda sonora.
En general, una película con un lenguaje audiovisual muy preciso, mostrando el cine dentro del cine, y bien realizada en todos sus aspectos, planos, puntos de vista, movimientos de cámara, música y banda sonora, vestuario, iluminación y filtros de color, creatividad en la presentación de las imágenes de archivo, sobreimpresiones, respetando la ley de tercios en la presencia de los personajes principales… dominio y perfecta utilización del lenguaje audiovisual propio de uno de los directores de cine actual que hacen historia en el cine independiente.