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Un Franco, 14 pesetas

Película dirigida por Carlos Iglesias. El argumento gira en torno a dos españoles que son despedidos de sus trabajos en la década de los 1960 en España, y se ven obligados a irse al extranjero a trabajar, dejando atrás a sus familias. Al llegar a Suiza, Martín y Marcos comienzan una aventura con unas mujeres del hotel. Parece que la calidad de vida es bastante mejor aquí, hay mejores sueldos, la educación es gratuita…

Todo cambia cuando la familia de ambos llegan allí y comienzan una vida diferente en este país, con su mujer e hijos. Años después, vuelven a España, y tras despedirse Martín de Hanna, con quien tuvo una relación en secreto, observa que la niña tiene rasgos germánicos pero es morena, y se da cuenta que es hija suya también, de la relación que mantuvieron en secreto.

El argumento está basado en la historia real del director Carlos Iglesias. Su personaje en la película se identifica con su padre en la realidad. Fue la primera película del director, que fue nominado a los Premios Goya al mejor director novel.   El título tiene doble sentido: por un lado hace referencia al cambio monetario de la época entre el Franco suizo y la peseta española, y por otro lado alude al dictador Francisco Franco.

La mayoría de los planos que vemos son planos cortos de los personajes, primeros planos, y al llegar a Suiza pues vemos numerosos planos generales de los paisajes. Movimientos de cámara como panorámicas que acompañan el movimiento y las acciones de los personajes, o para visualizar un paisaje de un lado a otro, plano contraplano para conversaciones entre dos personajes, planos picados y contrapicados para mostrar la superioridad e inferioridad de unos personajes con otros. Al llegar a España, la iluminación del sol juega un papel importante, en contraste con las sombras y los cielos nublados de Suiza.  En varios momentos localizados en exteriores de noche, en Suiza, pareciera que se han utilizado filtros de color en la cámara. La música, para ambientar ambos países y acompañar a situaciones dramáticas o alegres.

Al principio, en los escenarios de España vemos tonalidades oscuras, vestuarios oscuros, todo con sensación más de tristeza. Sin embargo, al llegar a Suiza, hay tonalidades más claras, aunque es un país más frío, más solitario en las calles, calles más limpias, todo más tranquilo, más sosegado.  El hijo de Martín, siente mucho el cambio entre ambos países, por un lado Suiza, un país donde hay más respeto entre maestros y alumnos, mejores amigos, mejor casa, educación pública y gratuita, más tranquilidad, todo más verde, más limpio por las calles, los bosques… y a la vuelta a España, donde hay jaleos por las calles llenas de gente, niños agresivos tirando piedras a perros, compañeros que le enseñan a hacer «chuletas», colegios donde hay que pagar y curas que le pegan con una regla en la mano.

Para finalizar, no es una película que destaque por su lenguaje audiovisual en movimientos,  planos e iluminación, pero está muy bien ambientada en cuanto a escenarios de ambos países y el argumento es muy interesante por la calidad en la historia.