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Comentario Carmina y Amén (Paco León, 2014).

Ficha técnica
Director: Paco León
Reparto: Carmina Barrios, María León, Paco Casaus, Yolanda Ramos, Estefanía de los Santos, Manolo Solo.

En Carmina y Amen, vemos a una mujer que actúa con frialdad ante la muerte de su marido, por la confusión o tal vez no, en la toma de una medicación para su esquizofrenia. Una mujer que no pierde los nervios ante las diferentes situaciones que se le presentan con los vecinos, la familia y la imaginación, que a veces le juega malas pasadas.
Expresa a su hija que es mejor no dar parte de la muerte de su marido, para poder cobrar la pensión el lunes, el día del cobro. María, su hija, se sorprende, pero lo acepta. Sale de casa porque está en proceso de obras en su centro de estética. Centro que será ocupado por una pareja, que se irá tras la visita del hijo de Camina, algo agresivo.

Se incluye en la historia, en tono cómico, la presencia de un pájaro, al que Carmina llama Bárcenas, por el escándalo de sus papeles y sobres del partido del que fue tesorero. Criatura con la que habla y le dice: “¿Qué has hecho con los sobres? Coño, ¿qué has hecho tú con los sobres? Que has dejado a media España sin un duro, más pelada que un nabo. Mangante. Ahí, a la cárcel, coño, a cumplir tu condena”. Aquí, podemos apreciar esa referencia política, mientras lo introduce en la jaula.

Lo importante de esta historia está en el final, cuando después del entierro del esposo, se arregla para salir por la noche, con un muchacho africano. No es recomendable contar el final de una película antes de que los espectadores la vean, pero en este caso, es imprescindible para entender muchos detalles que se producen a lo largo de la narración. Cualquiera, acostumbrado a la típica historia americana, pensaría con prejuicios, podría pensar, a priori, “vaya tía, que con su marido recién muerto sale de marcha, piensa en su paga, no tiene corazón”. Nos rompe los esquemas, de ahí que sea necesario ver una película sin prototipos de historias parecidas. Pero, mientras cenan en el restaurante, charla con el muchacho y se da cuenta de su situación. Por lo que, se extrae unos dientes, de oro, que le hizo un dentista, así lo puede vender y pagar la matrícula de la universidad. El chico le comenta que son sus muelas, para comer… Sin embargo, a continuación, Carmina le expresa unas palabras que nos dejan atónitos, estupefactos: “Yo ya no lo voy a necesitar, ¿tú sabes lo que yo tengo? Yo tengo un cáncer de pulmón, en fase IV, con metástasis, y hepática renal. Lo que quiere decir que tengo un cáncer que me coge de arriba abajo. Yo le dije al médico ¿y esto tiene solución? Y me dijo que solución no tenía, porque estaba muy avanzado, que lo único que me podía era un poquito alargar la vida. Poniéndome la quimio, y que hablase con mi familia, y que por supuesto dejase de fumar. Entonces le dije ¿y si no me lo hago? Y dice pues entonces, esto va rápido. Digo pues ya está. A mi Antonio ya lo he mandado ya a que me coja sitio. Mi María ya tiene la peluquería solucionada. El ocaso está pagado. El problema de mi Ale ya me lo he encomendado a San Judas Tadeo […]”. Tras esto, podemos entender el porqué de sus sucesivos vómitos de sangre, tanto en la cocina como en el baño. Preparar todo meticulosamente para que su hija no tenga ningún problema, como dejar los sobres preparados en el cajón para pagar el seguro, la luz del bar, el dinero para la obra del centro de estética…, y decir a su hija donde se encuentran si le pasara algo algún día.

Palabras que nos muestran que tenemos a una mujer con gran entereza, que piensa en todo para ayudar a su familia en lo que pueda antes de irse. Su marido estaba enfermo, de manera que si no lo hacía, iba a dejarlo en manos de su hija, quien a su vez, tenía una niña. Y dado, que no vemos a su pareja en toda la historia, ni habla del padre de la criatura y no sabe con quién dejarla para no llevarla a casa del abuelo, muerto, podemos suponer que es madre soltera.

Observamos, también, en la historia, un caso parecido, como es el de su vecina, cuyo hijo tiene 30 años y está enfermo. Debe estar las 24 horas del día pendiente de él, y por sus palabras podemos sospechar que su marido murió hace unos meses. Se encuentra desesperada, sin vida personal, desesperanzada y desilusionada. Expresa que uno de estos días va a hacer una locura, porque el día que ella falte ese niño no podrá sobrevivir.

Situaciones que muestran la realidad en la que estamos viviendo actualmente, personas mayores que no quieren ser una carga para sus hijos, porque la realidad es dura y en los trabajos, mayormente precarios, mal pagados y pésimas condiciones, se aprovechan de cualquier ausencia para despedirlos; madres cuyo hijos tienen enfermedades de gran dependencia y tienen que sobrevivir sin apenas ayudas del Estado, sin tener vida personal, lo que resulta un gran problema emocional; madres solteras que deben sacar a sus hijos adelante con ayuda de la familia; personas que se aprovechan del dinero de los demás (como la vecina cuando se ofrece a pagarle la luz por el cajero y luego se lo niega en su cara); violencia (como esta vecina, que se siente avasallada por mucha gente y la oímos gritar desde su casa “no por favor […]; los problemas de la casa real y las corruptelas de los políticos y personajes públicos (como el caso de Urdangarín, Bárcenas); el uso de drogas para combatir los malestares de algunas dolencias; desahucios.

Una historia sorprendente, con final desconcertante, pero con algunos puntos graciosos, como la señora que durante la vela que comenta que tiene a Doña Sofía añadida a Skype y le dijo que fuese a Sevilla. Y, los hombres que acuden a darles el pésame, de los cuales uno de ellos expresa: “se está muriendo gente que no se ha muerto nunca”.

Os adjunto algunas escenas de la película: