Archivo | julio 2014

Balada triste de trompeta: una infancia perdida

Balada triste de trompeta es una película escrita y dirigida por Álex de la Iglesia en el año 2010. Obtuvo el León de Plata por la mejor dirección y el premio al mejor guión en la Mostra de Venecia del mismo año.  Ganó en la categoría de Mejor maquillaje y peluquería, así como Mejores efectos especiales en los Premios Goya.

Se trata de una película difícilmente clasificable en un género concreto, puesto que está compuesta por muchos matices. Tiene momentos de risa, drama, violencia, montaje agresivo… Aunque bien podríamos decir que, a simple vista,  estos peculiares rasgos y características fundamentan el estilo de su director, clasificable en el estilo de la postmodernidad.  Resulta indescriptible lo que supone ver una de sus películas,  porque muchos de sus momentos apelan a nuestra mente, nuestra infancia, nuestra vida, nuestra historia… Además, se tiende a reflexionar cómo actúan sus personajes y cómo podría actuar una persona en esas circunstancias. La grandeza de sus personajes radica en su psicología.  No son personajes planos, como en la mayor parte del cine comercial americano, sino que, sus personalidades evolucionan en la ficción, como los seres humanos lo hacen en la propia vida real.

Pasaremos a analizar algunos detalles importantes de esta producción, pero en líneas generales, la película trata de unos payasos que son secuestrados por el bando republicano durante la guerra civil en el año 1937. El hijo de uno de ellos crecerá con la idea de ser payaso triste como su padre.  Javier, al hacerse mayor, tras ser contratado en un circo, se enamora de una de las chicas, cuyo novio la maltrata.  Ambos payasos lucharán por el amor de la trapecista.

En principio, el bando republicano entra en el circo a imponer el miedo. Tras unas palabras de los payasos con ellos, los rostros de los niños asustados, todos salen con el bando, y el hijo del payaso se queda solo.  A continuación, un león, que vemos está totalmente domesticado, se le acerca por detrás y se sienta.  Se puede interpretar como una muestra de que la guerra hizo daño a todo el país, independientemente del bando al que perteneciera. Los que padecerían este daño serían los niños.

Cada bando actuaba conforme a sus intereses, ignorando a quienes se llevaran por delante. En el caso de nuestro objeto de estudio: los niños. Menores que no tenían culpa de nada y con estas actuaciones eran traumatizados al tener que ver personas fallecidas por cualquier rincón por donde pasaban. Debían crecer en solitario o con solo un progenitor. Pero, años después irían reproduciendo lo que aprendieron en estos años de guerra y la posterior dictadura en nuestro país.

Los créditos del principio salen en pantalla tras el momento en que el niño se queda solo en el circo. La banda sonora que aquí oímos, mientras leemos los créditos, remite  a la Semana Santa, la Iglesia católica, aunque observamos otras figuras como payasos, dioses, republicanos secuestrados por el bando franquista, personajes con el rostro desfigurado… Lo importante aquí es que esta misma banda sonora la oímos hacia la segunda parte, cuando se vuele a apelar a la Iglesia católica y que comentaremos más adelante.

Cuando el chico es adolescente y visita a su padre en la cárcel, éste lo anima a ser payaso cuando sea mayor. Pero mejor payaso triste, porque le expresa con estas palabras: “nunca vas a tener gracia. Nunca has sido un niño, desde muy pequeño te has enfrentado con la muerte”. Es en este momento, donde nos podemos dar cuenta que ha perdido su infancia, con lo que conlleva: juegos, amigos, alegría, ilusiones… La enseñanza de su padre se centra en que debe vengarse, por lo que el niño lo asume y procederá a ello en varios momentos de su vida. Comenzando por atentar en el Valle de los caídos, cuando su padre y otros compañeros lo están construyendo. Todos se asustan y el coronel se pondrá encima de su padre con el caballo, para así matarlo.

Años más tarde, acudirá a un circo a buscar trabajo y mantiene la primera conversación con el jefe del circo, también payaso. Le explica que  a los niños hay que entenderlos, ser uno de ellos, tenerles paciencia. Con estas palabras, podemos intuir que también podría haber perdido su infancia. Le pregunta por qué quiere ser payaso. Javier le contesta con la misma pregunta, y el otro responde que de no haber sido payaso habría sido asesino, respondiendo Javier lo mismo.

Sergio, es un personaje con una doble actitud, porque por un lado proclama ser sensible con los niños. Pero, por otro lado, maltrata a su novia, impone la violencia, todos los compañeros del circo le ríen las gracias y los chistes. Nadie le para los pies para que no siga violentando más a su novia.

En la primera cena de todos los compañeros, Sergio cuenta un chiste de niños muertos, pero Javier no lo entiende y pregunta dónde estaba la madre, por lo que el otro se cabrea y da una paliza a Natalia, que solo intenta calmar sus nervios.  Se queda tirada y sola en el bar y Javier acude por ella, pero por un momento podemos observar que Natalia pasa su lengua por los labios, llenos de sangre. Momento que podemos interpretar como que le gusta que le pegue, no es consciente del daño y le gusta vivir entre golpes y sangre.  Sergio vuelve por ella y allí mismo mantienen relaciones, sobre una pared tras la cual permanece Javier escondido.

Javier y Natalia se hacen amigos y van a un parque de atracciones. Ésta intenta acercársele  en la cama del terror,  pero el joven la rechaza. En una de sus fugaces citas, Sergio los encuentra y le pega una paliza a Javier con un martillo de una de las atracciones. Debiendo ingresar éste en el hospital con varias costillas rotas. Una de las noches mientras está ingresado,  tiene una pesadilla, sale por un escondite del hospital y llega al circo. Encuentra a Natalia con su novio, manteniendo relaciones, mientras la violenta tirándole fuertemente del pelo, y Javier le desfigura el rostro con una trompeta. Huye y llegan las fuerzas de seguridad. Todos van fuera del circo y acuden a un señor para que intente salvar la vida a Sergio, que desfigurado, abre los ojos. Natalia se asusta y sale.

Javier, durante su huida, llega a una cueva, en la que sobrevive un tiempo comiendo los animales que caen por la trampa. Sin embargo, en una ocasión, cae un jabalí y Javier corre. Huye, pero lo encuentra un señor, que está cazando perdices. Salcedo, el mismo que mató a su padre con el caballo. Lo utilizan, junto a los perros, para coger las perdices con la boca y traérselas. Una de las veces, Salcedo va a cazar perdices con Franco, quien le dice a Javier, tocándole la cara: “No permitas esto, hijo mío. No debieras someterte a esta humillación”,  pero Javier la muerde la mano.  Lo encierran en una especie de capilla, mientras planean deshacerse de él.  Un asombro que, este ser, le diga al protagonista que no se someta a esa humillación, cuando durante la guerra y en la dictadura española fue el mismo que hizo torturar, humillar y matar a miles de personas que solo luchaban por sus derechos y por la libertad, que llegó tras su muerte, cuando se instauró la democracia.

En esta capilla, se pone de rodillas delante de una figura de la virgen, figura que se transforma, tal vez en su imaginación, en Natalia, y le expresa estas palabras:   “El día de la ida ha llegado, tú serás mi ángel de la muerte. Sálvame del mal y cumple tu destino amado mío”.  Se desmaya y al levantarse, procede a vestirse con una serie de objetos que encuentra en una caja, untándose en su rostro una mezcla compuesta por sosa caustica. Se disfrazará en una especie de sacerdote-payaso. La banda sonora anterior suena en esta secuencia. Banda sonora, que podría funcionar como leit-motiv, ya que aparece en estos dos momentos en los que se remite a la Iglesia.

Adjunto un montaje para ejemplificar ambos momentos.

Disfrazado de sacerdote-payaso, con ametralladoras mata a quienes lo encerraron. Llega a un bar, donde suena una canción triste: “Balada triste de trompeta, por un pasado que murió”. Dispara a todos, pero un pequeño que fue al baño y sale, se pone frente a él, y el payaso le dice: “No te tengo miedo”. Puede que se lo esté diciendo a sí mismo, como niño, al haber perdido su infancia, y sentir que ahora con violencia no tiene miedo a nadie.

Encuentra a Natalia, a quien le pregunta si quiere irse con él o con Sergio. Natalia se posiciona junto a Sergio. En esta secuencia, podemos ver que es una mujer maltratada por su pareja, pero aun así prefiere estar con quien la agrede. Tal vez por miedo o porque piensa que su novio no le hace ningún daño, quizás porque le pega “ya que se lo merece”, como piensan muchas mujeres maltratadas.  Sin embargo, Javier va imponiendo el miedo, ha evolucionado a la violencia, como su novio. Por tanto, no entenderíamos por qué decide quedarse con quien la maltrata.

Triste porque Natalia lo ha rechazado, va por la calle y se encuentra a un niño junto a su madre, y le grita al pequeño: “vosotros tenéis la culpa”. Como anteriormente, intenta culpar a otros de su desgracia. Aunque en realidad, fueron otros, como las circunstancias y las personas del momento quienes le ocasionaron el trauma.

Natalia se une con Sergio para distraer a niños en sus fiestas de cumpleaños. Pero, a Sergio le descubren el rostro desfigurado, dándose cuenta que ya no sirve como payaso, pero no sabe hacer nada más. Llorando, podemos intuir que su objetivo sería hacer reír a los niños para evitarles un trauma como el que posiblemente haya padecido él durante su infancia.

El payaso triste llega a un cine. La canción que canta el protagonista de la pantalla es la misma que oímos en otras ocasiones. Canción del año 1960 del cantante Raphael:

Balada triste de trompeta

Por un pasado que murió

Y qué llora,

Y qué gime,

Como yo…

El protagonista de esta película se dirige a Javier, expresándole que se entregue a la policía, que es buena persona y esa chica no le conviene. Sin embargo, se superpone el rostro de su padre, expresándole “el humor es para los débiles. Si no se ríen, acojónalos, ya verás cómo funciona. Recuerda a tu padre, recuerda a tu destino. Solo hay una manera de ser feliz”. Sin embargo, el protagonista de la película le reprocha al padre cómo puede hablar así a su hijo. Un chico de la sala no puede ver la película y se dirige a  Javier, quien le agrede y sale del lugar imponiendo el miedo.
Adjunto un montaje de esta escena,

En esta secuencia observamos una técnica interesante: el cine dentro del cine. Recurso explicado por el teórico Gérard Genette como transtextualidad, definido como: «todo lo que pone al texto en relación, manifiesta o secreta, con otros textos»[1].  Distinguiendo en su estudio cinco categorías de relaciones transtextuales, como son: intertextualidad, metatextualidad, hipertextualidad, arquitextualidad y paratextualidad. En concreto, en este caso, podríamos decir que tenemos metatextualidad: relación crítica de un texto con otro que habla de él, sin citarlo e incluso sin tener que nombrarlo.

Este recurso es empleado en otras películas, a veces apareciendo fugazmente como en este caso, y otras veces pudiendo aparecer en el argumento de toda una película, como el caso de La noche americana  (François Truffaut, 1973) o Un final made in Hollywood (Woody Allen, 2002). En el caso del cine español, observamos este recurso en producciones como Todo sobre mi madre (Pedro Almodóvar, 1999) y Mujeres al borde de un ataque de nervios (Pedro Almodóvar, 1988).

Podemos diferenciar diferentes taxonomías de la categoría metatextualidad. Basándonos en el profesor Luis Navarrete (Universidad de Sevilla), tenemos las siguientes:

-Mostración: el cine como muestra de construcción espectacular y artificiosa.

-Citación: cine como relación intertextual de unos discursos con otros.

-Reflexivo: El cine como discurso reflexivo sobre su propia construcción.

-Atrezzo: mostrándose el cine como un simple decorado o trasfondo argumental.

Específicamente, podemos introducir esta película en el último, ya que podemos contemplar el cine como trasfondo argumental de la historia del protagonista. Que aprende tras la pantalla que la felicidad viene dada por la venganza.

En varias ocasiones, también podemos observar este recurso, pero con la televisión dentro del cine.

Además, el nombre del local en el que trabajan los compañeros después de cerrar el circo se llama Kojak. Nombre que proviene de una serie de televisión de Estados Unidos, del año 1973. Serie protagonizada por Telly Savalas, como el Teniente Teo Kojak de la Policía de la Ciudad de Nueva York. Serie creada por Abby Mann, escritor de guiones cinematográficos ganador del Óscar,  por su trabajo en antologías de drama como Robert Montgomery. La segunda versión de esta serie se estrenó en USA Network y en ITV4 en Inglaterra. En esta versión, es Ving Rhames, un actor afroamericano quien interpreta al teniente Kojak.

Va en busca de Natalia en un camión de helados, cuando la ve en una calle y se baja, coincidiendo este momento con el accidente de Carrero Blanco.

Ambos llegan al Valle de los Caídos, donde están escondidos los compañeros del circo junto con los animales. Al llegar, el payaso triste se dirige a una cama para saltar. Podríamos interpretar que pretende recordar su infancia, sacar el niño que lleva dentro, recuperar lo perdido. Observamos un proyector de cine, que se dirige a una pared en la que vemos a un payaso, posiblemente se trate de la misma película que vio en el cine al que entró. Natalia baila junto a Javier al ritmo de la balada triste de trompeta, pero la joven le expresa que le tiene miedo.  Corre y llegan a una cueva. Javier le manifiesta con estas palabras: “El valle de los Caídos. ¿Lo conocías? Aquí hay 15 cuevas llenas de cadáveres. Uno de estos tiene que ser mi padre. Unos fachas otros rojos. Y al final han acabado aquí todos juntos. Es lo que tiene la muerte. Une mucho”.  Palabras que pronuncia riéndose. Risa a la que no sabemos buscarle respuesta, porque son cadáveres de las víctimas de la guerra. Tal vez porque no sabe cómo actuar ante tal trauma. O porque se ría de quienes lucharon en la guerra, que solo provocó sufrimiento por una simple cuestión de ideologías.  La paradoja de que unos lucharon contra otros, por las ideologías, y finalmente todos han terminado juntos.

Sergio obtiene información de donde se encuentran escondidos los compañeros y animales del cine y avisa a la policía, quien procede a su búsqueda. Recorren los alrededores. Un policía observa a Sergio pintarse la cara de payaso, se le acerca y le expresa que está loco, “como el otro, como todos los que os ganáis la vida haciendo el gilipollas. Si trabajaseis un solo día como el resto de la gente se os pasaba la tontería cagando ostias. Vago de los cojones”. Aprovechando el payaso para quitarle su arma. En este momento, vemos que la profesión de payaso no está valorada. No consideran que los payasos trabajen.

Posteriormente, Javier le expresa que ella lo ha vuelto loco.  Tal vez, por jugar con él y luego rechazarlo al preferir a Sergio.  Le declara su amor y el momento se rompe con la llegada de Sergio. Ambos corren y llegan a la parte superior. Se pelean y caen, colgando de la baranda, al vacío. Javier le pregunta: “¿De qué te sirve ser gracioso cuando te llega la muerte? ¿Te parece la muerte un chiste? Vamos payaso, hazme reír. Demuéstrame que tienes sentido del humor”.  Como desde su infancia, Javier rozando la muerte. Momento en el que podemos ver que el payaso triste puede ser gracioso. Sin embargo, Natalia le dice “no quiero que seas como él, no quiero que seas gracioso”.  Sergio consigue salvarse, al pasar por encima de Javier. Natalia le pega una torta y se lanzará al vacío. Momento de total oscuridad, casi que parecería una película en blanco y negro, pero varios objetos aparecen en color rojo, como la tela que lleva en su cintura. Roja, el color de la sangre. Sangre derramada por las víctimas de la guerra que ahí se encuentran enterradas. Y sangre que derramará la chica al intentar salvarse con uno de sus trucos de trapecista con la tela atada a la cintura. Sergio caerá y la tela en la cintura de la chica le ocasionará la muerte.  Ambos son cogidos por la policía y en la pantalla prevalecerá el color rojo de la nariz de Sergio, el color rojo de la cara de Javier, el color rojo de las letras de la ambulancia, color rojo de una parte del traje de uno de los chicos del circo, muerto por querer volar con su moto. Finalmente, cara a cara, rostros desfigurados, el payaso tonto ríe y el payaso triste llora.

Con esta película, podemos aprender la importancia de una infancia feliz, una infancia realista, pero alegre para los niños. Porque los traumas que son ocasionados durante esta etapa de la vida, aparecerán años más tarde. De ahí la importancia de la educación bajo los derechos humanos. Felicidad e ilusiones, protegidos de la violencia. Sin violencia, siendo observadores de la realidad, conociendo nuestra memoria histórica, para que no vuelva a repetirse.  Un pueblo que no conoce su historia, es un pueblo condenado a repetirla.

[1] Wikipedia.

Para profundizar más en el estilo de la Postmodernidad en el cine, se pueden consultar textos como:

Imbert, G. (2010). Cine e imaginarios sociales: El cine postmoderno como experiencia de los límites (1990-2010). Madrid: Cátedra.

Arranz Esteban, V. (2011). El papel del sonido audiovisual en el discurso cinematográfico postmoderno. Actas Congreso Internacional La Latina de Comunicación Social, La laguna. Disponible en:  https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5278702

 

 

Las brujas de Zugarramurdi (Álex de la Iglesia, 2013)

Las Brujas de Zugarramurdi es una película dirigida por Álex de la Iglesia en el año 2013. Ganadora de varios goyas, entre los que se encuentran:
Mejor montaje
Mejor sonido
Mejor diseño de vestuario
Mejor efectos especiales
Mejor maquillaje y peluquería

A continuación nombramos algunos componentes de la ficha artística:
Hugo Silva: José Fernández Cuesta
Mario Casas: Tony
Gabriel Delgado: Sergio Fernández
Jaime Ordóñez: Manuel Sánchez García
Macarena Gómez: Silvia
Carmen Maura: Graciana Barrenetxea
Terele Pávez: Maritxu
Carolina Bang: Eva
Manuel Tallafé: El hombre de Badajoz
Itziar Castro: Diosa Madre
De esta película se van a comentar diferentes aspectos, entre los que se encuentran la mujer como centro del universo, encarnada por Venus de Wilendorf, el niño como instrumento de manipulación de ciertos intereses personales de los adultos, Dios y el ojo simbolizado por las nuevas tecnologías.
Lo interesante y característico de esta producción es el estilo del director, humor negro, comedia y un poco de miedo al mismo tiempo, que suscitan ansiedad en conocer qué va a ser lo siguiente con lo que nos va a sorprender y cómo se resolverá la historia, que comienza con unas mujeres echándose unas cartas, prediciendo qué va a ocurrir mientras hacen una pócima.

En la sucesión de los créditos observamos brujas, personajes sin rostro, dioses, dragones…, y la Venus de Wilendorf, sin rostro, será importante en la historia, dado que será utilizada como la diosa de las brujas y aparecerá en grandes dimensiones en la escena final. La mujer como la poderosa que todo lo podrá en el futuro, frente al machismo de los hombres.

Un grupo de trabajadores mimos de la calle, entre los que se encuentra José, se ponen de acuerdo para robar en un establecimiento de “compro oro” acompañado además de su hijo. Escapan y asaltan un taxi, estando de servicio hacia Badajoz con un cliente. La policía y la guardia civil los persiguen. El taxista consigue despistarlos por otro camino. Llegan a un bar de carretera a comer algo. La mujer que los atiende será quien, al seguir su camino con el coche, se encuentran por la carretera y atropellan, por lo que se sorprenden cómo los ha podido adelantar, y según el niño se irá volando.
El taxista se resiste a entrar en Zugarramurdi, por el pánico que le produce recordar los aquelarres del pasado. Al entrar al pueblo, se encuentran a una señora, que está buscando a su anciana madre. La suben en el coche para acompañarla a su casa. Al llegar, José y su amigo se distraen con la hija mayor, Eva. Sin embargo, recorriendo la casa, descubren que la anciana madre Maritxu, está apunto de quemar vivo al pequeño Sergio. Salen de la casa y más adelante descubren que se han dejado la bolsa de los anillos de oro en la casa, y vuelven. Entran en la casa, pero ya no pueden escapar y son atados a las sillas del salón, donde las brujas van a celebrar una fiesta. La madre de Sergio descubre que su hijo ha participado junto a su padre en un robo y echa a correr en el coche, mientras va observando en su teléfono el punto exacto en el que se va encontrando. Mientras, los inspectores de policía van tras ella. El chico consigue escapar y llegar al campo, pero no es visto ni por su madre ni por los inspectores de policía. La anciana madre lo encuentra y lo mete en el coche.

Al llegar a la mansión, Silvia observa que son esos señores quienes tienen a su hijo, y ella junto a los inspectores de policía, se introducen en la vivienda por una puerta secreta y recorren un pasillo del techo, que se rompe y caen en el salón, mientras todas están cenando. Todos corren intentando escapar. La madre se unirá a las brujas. Tras esto, el niño será sacrificado para descubrir si es el elegido. Organizan un akelarre, y la gran Diosa mujer introducirá en su boca al pequeño, que sobrevivirá siendo expulsado por el recto. El taxista, el padre del chico y su amigo, los inspectores, serán atados con cuerdas en cruces de madera. Eva defraudará a su madre porque se enamorará de José y tratará de ayudarlo para que la Diosa madre no lo atrape.
Tras el akelarre y sacrificio, todos echan a correr. Se hace la luz del día, llegan a la ciudad. Sergio participa en un teatro haciendo magia junto a una chica. Se han hecho millonarios.

Podemos observar que el pequeño está bajando por las escaleras a hombros del ser que lo entregará a su madre, y multitud de personas van tras él, portando traje de nazareno. Momento, que podría tratarse de una comparación con la semana santa, cuando los fieles van detrás del paso, con la cara oculta con un capirote, en la oscuridad de la noche.
Es al niño al que vamos a otorgarle mayor importancia. Haciendo un recorrido por sus actitudes, comportamientos, a lo largo de la película. Podemos percibir que es utilizado para chantajear a su pareja, que lo va a dejar de ver si no le pasa la manutención, pero no tiene dinero. El padre utilizará a su hijo para robar en el establecimiento, mientras dice “yo por mi hijo hago lo que sea”. Percibimos que el padre quiere a su hijo, pero la necesidad provoca que lo utilice como medio para cumplir un fin delictivo. Además de esto, lo pone en la tesitura de elegir si quiere estar con su padre o con su madre. En este sentido, un padre, inconscientemente, está haciendo daño a su hijo, ya que su educación necesita las dos partes, aunque estén separados, pero sin provocar odio en el otro.
Más adelante, cuando paran en el bar de carretera, el niño pregunta a su padre si puede salir fuera y su padre le responde que no. Sin embargo, no hace caso y sale. Por lo que, nos damos cuenta que el niño es inteligente y hace caso a su padre cuando quiere. Para robar en el establecimiento, sí. Para quedarse en el interior del bar, no. Más adelante, será utilizado por la bruja anciana, pretende quemarlo vivo en el horno.

Obedece a su padre para escapar de la casa de las brujas, llega al campo, y tanto su madre como los inspectores de policía, en sus respectivos coches, lo ignoran. Lo buscan, lo tienen delante y no lo ven ni le hacen caso. Este aspecto puede tener otra explicación, como es la de que muchos niños reclaman a sus madres, pero por diferentes circunstancias de su vida no le prestan la suficiente atención.  Al final, participa junto a otra niña en un truco de magia. Lo que puede interpretarse como que, además de ser utilizado como medio para cumplir un fin delictivo, instrumento de manipulación, sometido a chantages, padeciendo sacrificios en su alrededor,  es empleado como objeto de entretenimiento y espectáculo de masas.
Además de este niño, está el joven que creció encerrado en una zona subterránea de la casa, Luismi. Tal vez por ser hombre, lo hayan tenido prisionero, como comparación de los años en los que la mujer lo estuvo del hombre. Cuando la hermana, encadenada, cae a la zona en la que Luismi y José corren, Eva le grita que la ayude y le pregunta “quién te quiere más que yo”. Es lo que algunos padres tienden a decir, “haz esto porque ¿quién te quiere más que yo?”, llegando así al chantaje para la manipulación de los débiles. Esta manipulación de los débiles es la que suelen hacen muchos políticos últimamente, para imponernos sus criterios personales e ideológicos y tenernos controlados en todos los sentidos que puedan.
También, observamos que dos homosexuales se declaran su amor en la cruz. Esto podría tener explicación. En principio, la Biblia, en la que Dios nos dijo “amaos como yo os he amado”, y murió en la cruz por su palabra y por liberarnos, pero ciertos sectores de la iglesia tergiversan el mensaje de Dios, oponiéndose a la unión homosexual. De esta manera, la sociedad culpa a los homosexuales y les someten a la humillación.

Entre otro de los aspectos, tenemos a Dios, que es representado en ocasiones con un ojo. Este ojo es el que observamos que ve a quienes entran al baño de la carretera. Viniendo a significar que somos observados en todas los momentos de nuestras vidas. Desde lo más público a lo más privado e íntimo. El teléfono simboliza las nuevas tecnologías, la madre contacta con su hijo a través del móvil, lo localiza geográficamente. Es un ojo que nos ve. Y estas nuevas tecnologías forman parte de esta observación permanente a la que estamos sometidos.
En otro orden de cosas, analizando algunos diálogos de la película, los podríamos extrapolar al contexto socio-político en que nos encontramos actualmente en nuestro país. Contexto caracterizado por la corrupción, malversación de fondos públicos, cohecho, falta de transparencia en el gasto público de las instituciones públicas, fraude fiscal… Partiendo de esto, observamos sentadas en los últimos asientos del teatro, Silvia, la madre, junto a las dos brujas Maritxu y Graciana, pronuncian estas palabras: “Mírales la familia feliz. Tienen dinero, coche, adosado, perro, jardín. Y todo eso, les destruirá poco a poco. Y cuando la felicidad no les deje ni respirar, volverán con nosotras”. Estas palabras podrían ser relacionadas con la política desde diferentes perspectivas.

-Por un lado, las brujas podrían encarnar la opinión de los políticos, que piensan que mientras algunos trabajadores consiguieron dinero hace años, con la burbuja inmobiliaria, ahora, en estos años que llevamos de crisis económica, lo han perdido todo por no poder soportar sus hipotecas. Tanta felicidad, procedente de coches, adosados…, los ha destruido, y como en estos momentos los trabajadores se quedaron sin nada, de esta forma “están yendo a ellas”. A suplicar caridad, comida, ropa, o hacer lo que sea por un trabajo. Reiterando, lo han tenido todo, ahora no tienen nada, con lo cual “son capaces de lo que sea, por necesidad, con tal de tener lo mismo que les hizo felices en aquellos años”. Capaces de traicionar sus principios, dignidad y derechos, por un puesto de trabajo. Por tanto, se deben aprovechar de eso para que cuando se queden de nuevo sin nada, puedan “volver con nosotras”. De esta forma, y aclarando un poco la postura, la idea es que al igual que antes fueron a ellas “por necesidad”, luego vuelvan de nuevo “por agradecimiento”.
-Ahora bien, también podríamos interpretarlo mediante otro punto de vista. Las brujas podrían encarnar la postura de la gente de a pie. La gente que da valor a temas como lo trascendental, espiritual, dignidad, derechos…, y no tanto al dinero. Por lo que, aquellos que tienen dinero, millones, como esos políticos que defraudan y malversan dinero público, se asignan sus sueldos, no cuentan con los trabajadores para nada, viven en su mundo de lujos, chalets… y cuando la felicidad se les termine a los cuatro años de mandato, de haber hecho y deshecho a su antojo, “volverán con ellas”, es decir, con los trabajadores, a pedirles el voto, para poder seguir viviendo en su mundo de lujos.
Para finalizar, aunque hayamos extraído ciertas simbologías, representaciones, comparaciones…, lo principal que me gustaría mover con todo esto es una reflexión personal sobre lo que la sociedad (donde enmarcamos a políticos, entornos, familias…) está haciendo con esas criaturas del mañana, es decir, los niños.

La ficha técnica ha sido extraida de wikipedia.